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Isidoro Sánchez

No se les puede dejar solos con el Sahara

Pedro Sánchez y Zapatero: sus paradojas con el Sáhara

Lo tengo claro y lo mismo nos pasó en agosto cuando nos fuimos de vacaciones a la isla de El Hierro. Se nos fueron en una semana amigas y familiares. Nazy Ojeda por un lado y mi amiga loynaziana, Elsie Ribal, por otro. También fallecieron mi tía Gloria García y mi consuegra Lola Gallardo. Fueron unos días de locuras. Ahora, en las primeras semanas de octubre, pasó algo parecido. Además de la ausencia imprevista del amigo Javier Bello noté que el Sahara volvió a estar de moda. Hasta el periódico EL DÍA escribió su editorial al igual que el compañero Juan Ayala, que siguiendo El camino de la Historia volvió a incidir en el tema del Sahara occidental y en esta ocasión con motivo de la I Conferencia Internacional por la Paz y Seguridad del Sahara Occidental, que se reunió y trató en Las Palmas de Gran Canaria, a finales del mes de septiembre pasado –aprovechando la entrada del otoño– el futuro de la excolonia sahariana en la que participaron, entre otros, notables políticos del PSOE como el expresidente del gobierno español, José Luis Zapatero, el exministro de Defensa, José Bono y el exministro de Justicia, actualmente diputado europeo y presidente de la comisión de Libertades, Justicia e Interior del Parlamento Europeo, López Aguilar.

Este narrador había tenido que viajar a Lisboa con el grupo PAPIN para acudir a la reunión anual de un grupo de amigos inmersos en el mundo de la conservación de la naturaleza a nivel iberoamericano liderado por JM Vasconcelos. Una vez finalizada la visita nos trasladamos a Madrid para continuar nuestra tradición anual. Nos reunimos con otros compañeros relacionados con el mundo de la cooperación y visitamos el corazón urbano de Madrid y el natural de la sierra de Guadarrama. Mientras tanto el caso del Sahara seguía estando de actualidad. De hecho Juan Jesús Ayala continuaba, al igual que José María Lizundia, reivindicando en EL DÍA sus posiciones, cada uno con sus opiniones. También la posición oficial española acerca del festival internacional de cine en el Sahara (Fisahara) dejó mucho que desear, ya que la dejadez de la televisión pública fue de tal magnitud que no estuvo presente en el citado acto celebrado en los campamentos de refugiados de Tinduff. Fue considerada como otro ejemplo de desprecio total y absoluto para con el pueblo saharaui. Asimismo, una amplia delegación de organizaciones canarias, un año más, reclamaron en Nueva York ante la IV Comisión de Política Especial y Descolonización de Naciones Unidas el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Informes recibidos de compañeros inmersos en la política exterior de Canarias y noticias aparecidas en la prensa me confirmaron la falta de consideración y el desprecio que el embajador de España ante la ONU, Agustín Santos, le ofreció a los miembros de la delegación canaria, entre los que destacaba un exdiputado canario en la Cámara Baja española y otros cargos políticos insulares además de profesionales del mundo jurídico. Ello me recordó un problema político que se armó en Venezuela en los años de 1990 entre el presidente del gobierno de Canarias y el embajador español cuando se quería firmar un acuerdo entre la república de Venezuela y la Comunidad Autónoma de Canarias. Su nefasta actuación le costó el cargo diplomático siendo presidente del gobierno español Felipe González.

El apoyo de las delegaciones canarias al referéndum del Sahara se desplegó ante la ONU como había sucedido en 2001 cuando siendo eurodiputado y miembro de la delegación europea pregunté al Consejo de Ministros de la UE acerca de la posición oficial respecto al Sahara. Entonces se generó un problema entre las delegaciones de algunos estados miembros de la UE a la hora de contestar a la ONU. De ello dio buena certificación el periodista español Ignacio Cembrero, cuando me preguntó en Bruselas por la contestación a mi pregunta parlamentaria sobre el caso. Aunque todavía no la he recibido oficialmente sé que contemplaba «referéndum y punto». Los embajadores de Bélgica y Francia se enfrentaron y el diplomático español le recordó a su colega francés que la posición oficial de la Unión Europea respecto a la descolonización del Sahara era la contenida en la respuesta a mi pregunta. Referéndum y nada de autonomía, como pretende en la actualidad, a pesar del reciente giro inconstitucional, el presidente Pedro Sánchez, que no el gobierno español, ante la propuesta marroquí. Así hasta la fecha, y llevamos más de veinte años. De 2001 a 2022. Como bien declaró recientemente el amigo Juan Jesús Ayala: «Quienes asuman esta apuesta de la autonomía están vulnerando no solo los derechos del pueblo saharaui a su determinación, sino dándole manotazos a las leyes internacionales». Esto lo saben muy bien los profesores constitucionalistas y los políticos serios, así como el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero como bien dice el Editorial de EL DÍA: «El Sahara está bloqueado». La realidad es que no se les puede dejar solos.

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