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Juego emocional y candidatura política

Tratar a las personas como un fin, nunca como un medio para un fin, nos hace vencer, ganar e ilusionar

Imagen de archivo Pixabay

La candidatura política se debate entre el equilibrio de tres ejes esenciales: el personal, el orgánico y el de cargo público o profesional. Saber equilibrarlos en cada momento, provocará el éxito o el fracaso de la carrera política.

Tendemos a darle mucho valor a nuestro posicionamiento orgánico e, inconscientemente, podemos provocar un distanciamiento de la realidad que siente y respira la ciudadanía, o ese ansiado votante.

Creemos que el equilibrio personal viene de fábrica, cuando realmente debemos de invertir muchísima conciencia en mantenerlo; es el eje de toda victoria, la clave de nuestra Marca, y lo que nos permite llevar a cabo el cumplimiento de nuestros objetivos. La constancia genera conocimiento nuestro en el votante, y eso pasa por generar esa percepción de equilibrio.

No es sólo llegar al poder o a la elección, mantenerse es lo complicado.

Nos desequilibra la falta de orden, las múltiples «agendas sin prioridades», la ausencia de «causa personal», objetivos desmesurados, alta improvisación, ausencia de Hoja de Ruta… Y otros factores que son el resultado de una reducida inversión en auto conocimiento y auto confianza.

Eso que coloquialmente llamamos andar por libre debería de ser, a nivel personal, una mini práctica diaria. Hay que lograr que la autoconfianza tenga tal potencial que evite regularmente la improvisación. Estudiar muchísimo los temas y la actualidad; contando con un equipo regular y mixto es básico. Los equipos de asesores endogámicos desequilibran los tres ejes de equilibrio. Sé constante con la continuidad del equipo, y establece niveles o círculos de confianza; eso que yo llamo «el equipo bomba».

Mantén tu círculo personal y regularmente relájate en él; el aislamiento se inicia en el eje personal, y después trasciende a los otros dos. El entorno y la familia del candidato o candidata tiene que incorporarse a la vida política o pública. Me refiero a que apartarla de la agenda o querer transmitir o diferenciar los ámbitos es un error; no somos compartimentos estancos, los seres humanos somos un todo.

Cada vez trabajamos más con las parejas de las candidaturas políticas. De hecho, cuando se comunican los nombramientos, automáticamente se abre la curiosidad sobre quién o quiénes comparten la vida con esa persona. Asumir que somos públicos conlleva incondicionalmente la apertura personal.

Los valores difundidos por tu Marca Personal son el seguro de vida de la carrera política. El partido no quiere Marcas pero, a la vez, si no tienes Marca no cuenta contigo… Curiosidades y realidades que hacen pensar cada vez más que hay una parte de entrenamiento personal y de crecimiento que es mejor mantenerlo al margen de la decisión del partido político en cuestión, de cara a la inversión personal destinada a cada candidatura. Adelantarse, posiciona.

Las personas se movilizan por los Hitos de Gestión y la Marca Personal. A veces, los dos aspectos confluyen en un mismo ser humano, de ahí los liderazgos históricos. Conscientemente tienes que elegir; y cuando no has gobernado, lógicamente, te queda una sola opción.

Cuidemos las declaraciones con ausencia de intenciones y evitemos las criticas sin solución o alternativas. Apostemos por un objetivo ambicioso de ser la voz, el gusto, el olor y el sentir de la gente.

Diferenciarse y no tener miedo a no mimetizarse con otros, que quizá nos debiliten, es prioritario. Un detalle de mimetización política es la gestión de la erupción volcánica de La Palma y la estrategia diseñada por algunos líderes. Liderazgos que diluyen identidades y pueden ser vistos por la ciudadanía alejados de realidad. Muchas veces no es cuestión de seguir una estrategia de enfrentamiento, pero sí de afrontamiento. La emocionalidad no es una moda, ni siquiera un estilo de comunicación; si lo haces bien, será tan auténtico, que te convertirás en la sola voz de los que te necesitan.

Otra clave es sumar edad y experiencia con juventud; siéntate y escucha en comunidad, en familia, y conectarás. Orienta, valora, da soporte y estimula.

Apuesta por un lugar o cargo público, pero ¡cuidado con las dobles listas!, porque son especialistas en romper estrategias.

El abismo presidencial existe; es el coste del poder. Ser candidato es una cosa, ser presidente otra; estar en la oposición otra muy diferente y ya, gobernar, diferencia de todo lo anterior. Puedes presidir un país y no gobernar. Tomar posesión significa reequilibrar tus fuerzas y darle poder a tu equilibrio personal y profesional, reduciendo el endogámico. Si no reduces el endogámico gobernarás por unos valores e intereses alejados de la sociedad. Confundiendo o solapando tu interés personal por el de la mayoría de la ciudadanía.

Tratar a las personas como un fin, nunca como un medio para un fin, nos hace vencer, ganar e ilusionar.

@EtikMaite

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