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El Festival de escritores en La Palma, contra viento y marea

Nunca mejor dicho, contra viento y marea se ha celebrado el IV Festival Hispanoamericano de Escritores en Los Llanos de Aridane entre el 26 de septiembre y este 1 de octubre, pero eso sí, bien pasado por agua con motivo de la tormenta tropical sufrida en Canarias, causante de un tremendo desbarajuste en el Festival por las anulaciones o retrasos de los vuelos hacia el aeropuerto de Mazo.

De entrada se suspendió el primer día, lunes 26, y en los siguientes hubo cambios, recortes y amenazas de lluvia sobre la acogedora Plaza de España, donde se habían programado la mayoría de los actos principales, que por ese motivo contaron con menos afluencia de público que en otros años.

Pero eso sí, el tradicional kiosco de la plaza de España de Los Llanos de Aridane, junto con otros bares, cafeterías y restaurantes en general del Valle de Aridane, acogieron, una vez más, las más llamativas y curiosas tertulias de los escritores invitados y de aquellas personas que, fieles a la cita, cada año asisten y disfrutan de las charlas y debates del Festival, esta vez centrado en el país invitado, México no más.

Había muchas ganas de festival, puesto que el del año pasado se suspendió por la erupción del volcán, y de hecho en el programa las referencias a él son muy destacadas, así como la presencia de México, con más de 15 autores, además de unos 30 escritores españoles, hispanoamericanos y canarios.

Es de destacar los muchos actos dedicados a estudiantes, que han podido codearse y disfrutar de los mejores escritores de habla hispana, y así, durante algunas mañanas, estudiantes de seis institutos de la isla asistieron a conferencias en el Museo Arqueológico Benahoarita y la Plaza de España a cargo de grandes escritores.

En la tarde del miércoles hubo un acto dedicado a la literatura rusa y polaca, en el que se trató sus parecidos y diferencias pese a ser dos territorios vecinos y a compartir la cultura eslava. El jueves por la tarde se abordaron interesantes intervenciones sobre la relación «del cielo con el volcán y de la astrofísica con la literatura», así como en un debate del máximo nivel internacional sobre las polémicas controversias entre Octavio Paz y Carlos Fuentes, «grandes bastiones de la literatura mexicana».

Por supuesto que no faltaron las escenas de nostálgicos fumadores de puros palmeros en el kiosco de la plaza de España, ya bien conocidos, como los queridos escritores José Esteban, Armas Marcelo, Anelio Rodríguez y algunos más, ni el sabroso y oloroso humo que, plácida y ceremonialmente, repartían alrededor sin protesta alguna, muy al contrario, eran felicitados por la elección de los famosos cigarros puros palmeros.

Los autores mexicanos, algunos con peculiar y bohemia indumentaria, con su original cadencia en el habla y curioso anecdotario en sus intervenciones, hicieron la delicia de los asistentes, pues ya se sabe del cariño que los palmeros sienten por México y más concretamente por las famosas y alegres rancheras en las verbenas populares de las fiestas de La Palma.

Y como el Festival coincidió con la danza de los Caballos Fufos de Tazacorte, algunos y algunas nos bajamos la noche del miércoles al animado pueblo bagañete a disfrutar de ellos, que en mi caso hacía muchos años que no veía, una tradicional celebración de la víspera del día de San Miguel, Patrono de la isla de La Palma y de la Villa y Puerto de Tazacorte, desfilando con la banda municipal de música, y el pueblo cantando y bailando al ritmo de la alegre canción Vuela, vuela palomita, cerrando el colorido y popular desfile.

Muchas personas merecen el aplauso por hacer posible el Festival, pero uno muy especial quiero dirigir al público asistente, que, a pesar de los pesares y las lluvias, apuestan cada año por escuchar a los escritores y comprar sus libros, y es que, como dijo la mejicana María Baranda «no hay presente, sí pasado y futuro».

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