Imaginen ustedes una gran compañía de transporte aéreo –llamémosla Iberia– que tiene descuentos a los residentes en Canarias. Entran en su web para sacar un pasaje a Madrid y le sale un espléndida pantalla con los vuelos disponibles donde un solo trayecto, sin aplicar descuentos, puede llegar a costarle más de quinientos euros. Un frior.
Con la cartera dando saltos en el bolsillo, usted, que vive en Canarias y está empadronado en un municipio de las islas, se va a la pestaña superior, entra en donde pone residente y clica en la opción que pone residente en Canarias. Es decir, quiere consultar esos mismos vuelos que ya ha visto anteriormente, pero con aplicación de la subvención del 75% en el precio. ¿Y qué ocurre?
¡Sorpresa! El programa se pone a buscar durante un buen rato, con un mensaje en la pantalla que dice: «Estamos buscando tu vuelo a Madrid y aplicando los descuentos. Espera un momento, por favor». Pues nada, esperas. Pero al cabo de unos momentos le sale un ominoso cartelito que dice: «Información: Se ha producido un error, por favor, inténtalo más tarde».
Qué raro. Te quedas mosca. Y entonces pruebas a irte a la pestaña superior y en vez de residente en Canarias pones la opción No soy residente. Y vuelves a buscar los vuelos. Y ¡voilá! Repentinamente desaparecen los problemas. Al cabo de unos momentos de búsqueda te sale en pantalla otra vez el listado de vuelos disponibles. Si en vez de colocar lo de residente en Canarias al principio de la compra del billete lo haces al final, en el último paso en el que puedes aplicar el descuento, te vuelve a pasar lo mismo. La única diferencia es que has perdido más tiempo. Después de tres días de intentos infructuosos para realizar una compra de un billete aplicando el descuento canario uno se pregunta: ¿qué es lo que está pasando aquí?
Para empezar, había un acuerdo de que los compradores tendrían la opción de llegar hasta el final en su compra y, una vez cerrados los horarios de los vuelos y teniendo conocimiento de la tarifa normal, se aplicaría el descuento de residencia del 75%. Pero no es así. Y con todo el derecho del mundo uno empieza a pesar si el algoritmo está jugando con ventaja y castigando a los encabronados, digo, empadronados, en Canarias.
Un viaje en turista Canarias-Madrid, ida y vuelta, a determinadas horas, puede llegar, sin descuento, a los mil euros. El oligopolio que controla la conectividad de Canarias nos está estrangulando. Y quienes tienen que defendernos ni se enteran, ni les importa.
