eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

sol y sombra

El discurso descalificador

Pedro Sánchez Adenauer insistió con Alberto Núñez Feijóo que estaba «justito» en materia de impuestos y que, además, actuaba con mala fe. El líder del Partido Popular ha tenido, según parece, algún lapso económico que le está pasando factura y a ello, ante lo mal que pintan las encuestas para los socialistas, se agarra el Gobierno como a un clavo ardiendo. A Feijóo, que insiste en un pacto de legislatura, le van a reprochar su supuesta insolvencia, la amistad con el narco, y que le han colocado las eléctricas y los grandes poderes fácticos. Esto último no es muy creíble y, sin embargo, ha pasado a formar parte de la munición que maneja la Moncloa para defenderse de una posible debacle electoral.

A su vez, Feijóo se defiende diciendo que el Gobierno copia sus propuestas después de criticarlas, y ataca con que los socios de Sánchez son personas poco fiables, cosa que en este país nadie con dos dedos de frente puede ignorar. Si se olvidan de Podemos, Bildu y ERC nos tienen a nosotros para ayudarles a combatir la crisis, viene a decir el gallego. Es un mensaje lo suficientemente nítido y comprensible para convencer a cualquier elector moderado de que es necesario cambiar el paso. La tesis que manejan los populares es que los españoles acabarán dándose cuenta de que Pedro Sánchez actúa movido por las urgencias demoscópicas y la claudicación ante sus socios, mientras que ellos lo hacen con un sentido de la responsabilidad frente a los problemas que atraviesa el país. Cuando esos problemas sacuden y debilitan el ánimo de los ciudadanos no resulta difícil tomar un camino distinto al que hasta ahora han propuesto en medio de todos los obstáculos. Sánchez es consciente de que, además de descalificar a su opositor con un relato fraudulento, tiene que desterrar la idea extendida de que se avecina una especie de apocalipsis en los hogares a partir del otoño.

Compartir el artículo

stats