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ALGO ASÍ

Tres por uno

Estoy francamente confundido por la escasa o nula aparición en los medios de comunicación de las asociaciones que se suponen dedican sus esfuerzos a favor y defensa de los enfermos diabéticos. Existe una en Tenerife, en La Laguna, otra a nivel regional y después la nacional en Madrid.

No tengo la menor duda que hacen una buena labor, especialmente con los niños en campamentos y otras actividades y, también con los mayores, pero esta opacidad en cuanto a darse a conocer me preocupa un poco, pues cuando empecé con mi cruzada particular a favor de los enfermos, me facilitaron mucha información que transmití a todos mis allegados, lo que agradecí enormemente. Con este artículo van a ser cincuenta los escritos publicados en EL DÍA, pero a partir de aquel momento no han dado señales de vida, así que no sé si les gusta o les molesta. Por mi parte les digo que en la discrepancia se encuentra el entendimiento y hago hincapié en que por mucho que trato de hacer saber de su existencia, no encuentro una gran cantidad de enfermos que conozcan sus actividades. Ni siquiera saben que existe la asociación, por lo que les proporciono el teléfono y el correo electrónico. Espero que no les moleste. Les he recomendado estar al tanto de los medios de comunicación, que siempre están dispuestos a colaborar o dar cuenta de los grandes logros que se van consiguiendo cada día para facilitar la vida a los enfermos, aparatos que miden la glucosa sin pincharse, nuevas formas de aplicar la insulina, estudios que avanzan una futura sanación…

Después de muchas pesquisas y largo tiempo de trabajo, por fin he conseguido averiguar el paradero del diabetólogo, médico y cirujano doctor Ramos Pavón. Tiene 36 años y junto a su equipo médico trata a los pacientes en una clínica en Managua (Nicaragua), en el barrio Casimiro Sotelo. Aseguran que erradica la asesina silenciosa y que está ampliando sus servicios a otras comunidades y países. Gracias Joaquín por echarme una mano con las indagaciones.

Este gobierno sigue amenazando a sus ciudadanos a base de decretos y, nos está llevando a una auténtica ruina. Se avecina la desaparición del Partido Socialista Obrero Español tal como lo conocíamos, pues ahora lo llaman sanchismo. El señor presidente y su familia estuvieron de descanso en La Mareta, en Lanzarote, tramando nuevas invenciones y prohibiciones con las que castigarnos, pues parece que su objetivo es convertir España en un desecho, como demuestra intentando acabar con los empresarios, motor de la economía, y abultar cada día más la administración del Estado, a base de dar cabida a más catetos y adulones, gastar y gastar a base de empobrecer a la familia media, silenciar a los intelectuales y amordazar a la mayoría de medios de comunicación, comprándolos. Nunca tiene la culpa de sus decisiones, siempre son otros los malhechores o el viento, la calima, la pandemia, la sequía, los incendios, las corbatas y, por supuesto, la guerra de Rusia contra Ucrania. Un consejito que le doy. Ándese con cuidado, que en Francia ha desaparecido el partido socialista. Los españoles no estamos dispuestos a perder nuestros logros, pero el enfrentamiento puede traer sufrimiento y amargura.

Semanas atrás, nuestra familia perdió uno de sus baluartes, mi hermana Nelly Cristina. Desde la niñez, juventud y a lo largo de su vida, fue una hermana buena, alegre, divertida y entregada con mucho cariño a sus hermanos, cuando éramos pequeños y su propia familia cuando la formó. Recuerdo momentos difíciles con unos padres que fueron héroes comparados con Supermán, criando nada menos que a nueve hijos, alimentarlos, vestirlos, calzarlos y educarlos en épocas de racionamiento, rellenando la cartilla en colas para la leña, para el carbón, para la abacería, etc... No pasamos verdadera hambre, pero sí muchas maguas. Teníamos un chusco, se partía el pan por la mitad, le hacías un gran agujero, lo rellenabas con aceite y lo tapabas con la miga. Un manjar que a veces podíamos rellenar también con azúcar. Una vez al año nos tocaba una jícara de chocolate negro como un tizo y sabor a tierra. Fuimos felices, nos enseñaron a compartir, ser obedientes y a quitar los gorgojos de las lentejas. Querida hermana, ya estás en el lugar de la verdad. Con Dios.

aguayotenerife@gmail.com

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