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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Audiencia papal

–Y aquí, Santidad, una camiseta del CD Tenerife….

–Ay, qué bueno…

–Nuestros colores son el blanco y el azul, Santa Papa…

–¿Disculpe?

--Disculpe usted, Santa Papa… ¿O es Papa Santa? Estoy nervioso… Hasta ahora la persona más importante que había conocido es Paulino Rivero y tú perdona Ángel Víctor…

–Santidad, es el presidente del Club Deportivo Tenerife, el señor Miguel Concepción…

–Ay, qué bueno… ¿Y les va bien en el campeonato?

–No, pero sigo siendo el presidente. Hemos cumplido cien años.

–Pues se conserva usted bien.

–No crea. Paso hambre, pero sobre todo me hago los trajes a medida…

–Ay, el hambre, el fruto de la injusticia y el egoísmo. Como dice Mateo 25, 31-46: «Porque tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fue forastero y no me hospedasteis…».

–Eso es cosa de Anselmo Pestana. Santidad, soy el presidente del Gobierno de Canarias, y coincido plenamente con usted

–Ay qué bueno. El hambre es mala.

–El hambre es de derechas y nada ecosostenible. En nombre de mi gobierno le he traído unas pintaderas canarias. Son muy valiosas. Todavía hoy se destruyen construyendo urbanizaciones turísticas de lujo para gente que no soporta el clima de Bruselas así que su valor patrimonial y sentimental no deja de incrementarse.

–Ay qué bueno.

–Yo, como alcalde de Adeje le puedo decir que hemos avanzado mucho. Ahora destruimos todo el legado patrimonial que sea posible bajo plenas garantías jurídicas. ¿Tienen ustedes alguna capilla por aquí donde se puedan vestir santos? Es que me encanta. Es mi afición preferida. Me refresca el espíritu.

–Ay qué bueno.

–Para mí la Santa Madre Iglesia es como la cuna del alma…

–Ay qué lindo boludo. ¿Cómo viste san Antonio de Padua?

–Con el hábito de la orden, pardo y gris oscuro y portando un lirio blanco en la mano.

–Ché, sos una máquina, qué capillitas…

–Exijo acercarme al papa. Soy el presidente del Cabildo Insular de Tenerife y me he puesto Neroli Portofino, de Tom Ford.

–¿Quién es ese?

–Insiste en que es el presidente del Cabildo de Tenerife y suplica sentarse en las rodillas de Su Santidad.

–Pero ese es un pelotudo. El presidente del Cabildo de Tenerife es Carlos Alonso, el niño barbudo. Todas las semanas me escribe una carta para recordármelo.

–El presidente del Cabildo soy yo. Pregúntele a Berta. ¿Dónde está Berta? El presidente soy yo. La foto, la foto.

–Habrá una foto con todos, Pedro, compórtate. Santidad, quiera invitarle a Canarias.

–Con gusto. ¿A qué isla?

Todos guardaron un silencio tenso y vigilante. El papa sonrió maliciosamente.

–A ver, por qué creen que llevamos dos mil años al frente del negocio.

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