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¿Una AECT de la Macaronesia?

El acrónimo del título se emplea para nombrar a las Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial que fueron creadas bajo el impulso del Comité de las Regiones (CdR) de la UE para facilitar la cooperación territorial europea (CTE), en el marco de la política de cohesión.

Como es sabido, la Macaronesia es una región con características geográficas y ecosistemas similares situada en el Atlántico norte, que está conformada por los archipiélagos de origen volcánico de Madeira-Islas Salvajes, Azores, Canarias y Cabo Verde.

El programa MAC

En el año 2000 los tres archipiélagos de Madeira, Azores y Canarias iniciaron una colaboración conjunta a través del programa de cooperación territorial transnacional Interreg III B MAC (2000-2006), integrado en la política de cohesión de la UE, cuyo presupuesto ascendió a 170 millones de euros, cofinanciado en un 85% con fondos Feder.

Este programa surgió para favorecer la cohesión regional de los archipiélagos atlánticos europeos y también para explorar las posibilidades de cooperación con los países más próximos del continente africano. Sus objetivos han consistido en incrementar los niveles de desarrollo e integración socioeconómica de las tres regiones ultraperiféricas, así como la cooperación con los países terceros de su entorno geográfico, concretamente Mauritania, Senegal y Cabo Verde. Entre ellos destaca este último, que ha participado casi en el 75% de los proyectos con países africanos.

El programa ha tenido continuidad en las sucesivas etapas hasta 2020, manteniendo un formato similar y el mismo espacio de cooperación. La próxima edición para el periodo 2021-2027, dotada con un presupuesto cercano a los 140 millones de euros, arrancará a principios de 2023. El retraso es debido fundamentalmente a la pandemia del Covid-19 que ha demorado el cierre de la anterior campaña.

El Reglamento (UE) 2021/1059

Es la norma que regula de manera integral todas las acciones de Interreg que reciben ayudas del Feder, las cuales se canalizan para apoyar la cooperación transfronteriza, transnacional, interregional y, por primera vez, se añade un capítulo específico para la cooperación con las regiones ultraperiféricas, con la finalidad de que puedan cooperar con los territorios vecinos extracomunitarios de una manera más sencilla y eficaz.

Por tanto, el actual Reglamento se adapta mucho mejor a las características especiales de las regiones ultraperiféricas, pues las ayuda a simplificar y fomentar las acciones de cooperación, a la vez que permite que los programas Interreg gestionados por aquéllas puedan incluir en su espacio geográfico de intervención a los países socios o partes de éstos que reciban financiación a través del Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional (IVDCI) – Europa Global, destinado a apoyar a los países en desarrollo necesitados de ayuda para conseguir los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Por ello, el próximo programa MAC podrá lanzar convocatorias de proyectos conjuntos con los países y territorios vecinos con una financiación combinada del Feder y del IVDCI, lo que abre un gran abanico de posibilidades de cooperación con los países de la vecindad africana.

La nueva regulación, al ser mucho más simple y flexible, ha facilitado además que el área de cooperación de la próxima edición del programa MAC se extienda a nuevos Estados. A Cabo Verde, Senegal y Mauritania, se suman ahora Costa de Marfil, Ghana, Gambia y Santo Tomé y Príncipe.

La asociación de los archipiélagos de la Macaronesia

La realización de actividades conjuntas, a lo largo de los más de 20 años transcurridos desde el inicio del programa MAC, ha facilitado la creación de redes de conocimiento interpersonales e institucionales que han ayudado a conocer mejor la realidad social, cultural, económica y política del espacio macaronésico.

Ese trabajo continuado de cooperación ha desvelado la existencia de afinidades y problemáticas similares de los archipiélagos, a la vez que ha puesto también de manifiesto las ventajas de afrontar de forma colaborativa los retos compartidos en diferentes áreas, como la energía, las tecnologías de la información y comunicación, el comercio, el transporte, la economía azul, el turismo o el medioambiente.

Las acciones del programa también han contribuido a impulsar el diálogo político entre los representantes de las regiones insulares y los Estados a los que pertenecen. Dicha cooperación política se institucionalizó al más alto nivel tras la Cumbre de los Archipiélagos de la Macaronesia (CAM), que tuvo lugar el 12 de diciembre de 2010 en la ciudad caboverdiana de Mindelo. En ella participaron ministros de España y Portugal, el primer ministro de Cabo Verde, así como el presidente de Canarias y los principales mandatarios de las regiones portuguesas de Azores y Madeira. En ese primer encuentro se sentaron las bases para establecer un foro permanente de cooperación regional.

Las AECT

Surgen para superar las dificultades que los Estados miembros y las autoridades regionales y locales encuentran a la hora de llevar a cabo las actividades de cooperación territorial en el contexto de legislaciones y procedimientos nacionales diferentes, a fin de permitirles poner en práctica proyectos conjuntos, compartir conocimientos especializados y mejorar la coordinación de las acciones a emprender.

Están reguladas en el Reglamento 1082/2006, modificado por el Reglamento 1302/2013. Este último, relativo a la clarificación, simplificación y mejora de la creación y el funcionamiento de las referidas agrupaciones, tiene como objetivo facilitar su constitución y promocionar un uso más amplio de las AECT. Su desarrollo en nuestro derecho interno se contiene en el RD 23/2015, de 23 de enero, por el que se adoptan las medidas necesarias para la aplicación efectiva de la normativa europea.

El Reglamento señala que las AECT pueden contribuir de manera positiva a la reducción de las barreras a la cooperación territorial entre las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes, como es el caso de las regiones ultraperiféricas y de los territorios insulares.

Las AECT son personas jurídico-públicas, constituidas por entidades u organismos de, al menos, dos Estados miembros de la UE y que gozan de personalidad jurídica, lo que les otorga capacidad legal para celebrar contratos y gestionar su propio presupuesto. En la última regulación se añadió a la cooperación interregional y transfronteriza la modalidad de cooperación trasnacional, lo que permite que en las AECT constituidas entre dos Estados miembros, incluidas sus regiones ultraperiféricas, participen terceros países vecinos.

En el informe de la Comisión de 17 de agosto de 2018 relativo a la aplicación del Reglamento 1302/2013, se indica que ya en ese año, treinta y tres AECT participaron como socios en ochenta y tres proyectos de CTE.

Precisamente, uno de los beneficios más importantes de las AECT en el plano financiero es que tienen un acceso más sencillo a la financiación europea, dado que requiere un menor esfuerzo administrativo. El carácter transfronterizo o transnacional de las AECT también sirve de ayuda para justificar más fácilmente el valor añadido europeo a la hora de obtener la financiación.

Por otra parte, el informe de seguimiento del CdR constata una intensificación de las actividades de apoyo a las AECT en los Estados miembros. Cada vez hay más Estados que promocionan las AECT, teniendo en cuenta las ventajas que aportan, entre las que cabe destacar la autonomía de las decisiones respecto a los acontecimientos políticos que pueden bloquear la adopción o ejecución de medidas útiles para las áreas de cooperación que se extiendan más allá de las fronteras nacionales.

Ventajas de una AECT de la Macaronesia

Los objetivos de las AECT coinciden plenamente con los del programa MAC, tanto en el aspecto de la integración y cohesión de los archipiélagos ultraperiféricos europeos, como en lo que se refiere a la consolidación institucional del espacio estratégico de la Macaronesia y su proyección exterior hacia la zona del África Occidental. Una de las finalidades más importantes de las AECT consiste justamente en gestionar e implementar programas y estrategias de cooperación macrorregionales, en sintonía con la política europea de Gran Vecindad.

Conviene tener en cuenta además que una AECT puede ser el socio único de un programa Interreg D (regiones ultraperiféricas) y que el Reglamento alienta a los Estados miembros a que asignen las funciones de la autoridad de gestión a una AECT.

Como se ha podido ver, la creación de una AECT de la Macaronesia no solo es jurídicamente factible, sino que resulta también muy conveniente para consolidar una estructura estable de cooperación que asegure la continuidad del programa MAC, refuerce su enfoque estratégico macroregional, simplifique la gestión y facilite la obtención de fondos europeos, a la vez que permita la participación de entidades locales.

En lo que concierne a Canarias, una AECT dejaría abierta la posibilidad de que instituciones que vienen colaborando regularmente en las distintas ediciones del programa MAC, como algunos Cabildos, Ayuntamientos, las dos universidades canarias y otras entidades, puedan ser miembros de la Agrupación, lo que les permitiría participar en la planificación de las actividades, en la toma de decisiones y contribuir con proyectos propios en el ámbito territorial de la AECT, con facilidades para de obtener además ayudas adicionales europeas del IVDCI en proyectos de cooperación con terceros países del entorno geográfico.

La posibilidad de disponer de una AECT, como estructura permanente dotada de personalidad jurídica que aglutinara a los principales actores institucionales de la cooperación de Canarias, permitiría tener una visión global de las acciones de cooperación con África que evitaría duplicidades, mejoraría la coordinación, facilitaría una planificación más coherente y la concentración de los proyectos en sectores estratégicos para lograr mayor impacto y eficacia, lo que redundaría en una mayor coherencia de las acciones de la cooperación canaria con los países en desarrollo más próximos del continente africano.

Por todo ello puede afirmarse que hoy en día la Macaronesia no es solo un área biogeográfica singular. Las raíces históricas, culturales y socioeconómicas que comparten los archipiélagos que la conforman, así como la prolongada cooperación que vienen desarrollando en sectores esenciales y los sólidos vínculos políticos establecidos a nivel regional y europeo le confieren una identidad propia como entidad jurídico-política diferenciada, que trasciende a los territorios que la integran.

La voluntad política existe y la base jurídica también. Solo falta que los representantes públicos de los archipiélagos de Madeira, Azores, Canarias y Cabo Verde prosigan el diálogo político y se pongan de acuerdo para empezar a trabajar juntos para constituir la AECT de la Macaronesia.

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