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Alfonso González Jerez

RETIRO LO ESCRITO

Alfonso González Jerez

Hace falta tiempo para todo

Hace falta tiempo para todo. Para un amanecer, para la última copa, para un desamor, para dejar en su punto una tortilla dorada por el sol y esponjosa como el alma de Santa Teresa cuando escuchaba a Dios. Para poder decir lo que están diciendo los socialistas –de Pedro Sánchez para abajo: así funciona el partido hoy– sobre la sentencia de los ERE en Andalucía también ha hecho falta tiempo para que la sangre se coagule, no quede rastro de coca por ningún rincón, la gente cobrara, quizás muriera alguna prostituta. El tiempo suficiente para que la sordidez se disuelva en anécdotas, las canalladas en chismes, el cinismo en bonhomía. Los años suficientes para transmutar a los responsables en su máximo esplendor en víctimas viejecitas y frágiles. Abuelitas del contubernio que ya no recuerdan nada.

Después de un proceso judicial de una extraordinaria complejidad técnica –con una docena de piezas separadas aún vivas– los principales responsables políticos de esta gigantesca malversación son presentados como dos vendedores de biblias que inopinadamente terminaron condenados por el Tribunal Supremo. En ningún caso la sentencia definitiva, que se hará pública en septiembre, habla de lucro personal, sino de una malversación continuada fruto de un sistema de subvenciones y ayudas irregulares y sin sustento legal sólido que drenó 680 millones de euros. Desde un punto de vista ético –no el jurídico– más grave que levantarse 100.000 euros es corromper un régimen democrático y cangrenar una sociedad civil para autorreproducirse en el poder. La infraestructura normativa y presupuestaria diseñada y mantenida por más de una década por los socialistas andaluces ni tiene comparación en ninguna otra comunidad autónoma.

Si el PSOE ya puede hablar sobre este pantano putrefacto es para proclamar que la inminente sentencia del TSJ es un error moral, es un alma franciscana con una sola camisa, un Colombo con una única y ajada gabardina que ha paseado por todos los juzgados. El PP es un partido corrupto, pero el PSOE no, y les diré por qué: porque Griñán es socialista, es decir, es bueno, o sea, es inocente. Pero, ¿no le notan el silogismo escrito en la cara? No hay más preguntas, señoría.

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