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Despropósito intencionado

Algunas películas son un insulto a la inteligencia y a este grupo pertenece El agente invisible. El problema no estriba en visionar cosas imposibles, ya que el Séptimo Arte permite a menudo traspasar los férreos límites de la lógica y superar los estrictos parámetros de la realidad. La cuestión radica en rodar una cinta de acción cayendo continuamente en el ridículo. Cada género cinematográfico posee sus reglas y márgenes más o menos definidos. En E.T. el extraterrestre, encaja que la bicicleta del protagonista vuele por encima de los coches de la policía. Sin embargo, tal ocurrencia rechinaría en un drama convencional. En función del tipo de relato, los recursos del narrador son unos u otros, y se puede jugar con ellos. Pero si se pretende filmar una historia de espías y agentes secretos sin derivarla a la ciencia ficción o a la parodia cómica surrealista, se ha de procurar que las escenas no constituyan un permanente despropósito.

La manifiesta carencia de ideas acarrea un intento de sustituir la originalidad por la grandilocuencia y de cambiar un guion bien trabajado por una fastuosidad visual. El agente invisible supone en su práctica totalidad una copia de la saga de 007 (en su caso, con la variación mínima de numerar al agente con el 6). Y, habiendo poco más que aportar, se echa en brazos de la desproporción, el colorido ostentoso y la opulencia, aunque desentonen más que complementen. Una de sus primeras escenas da buena prueba de ello, recurriendo al lanzamiento de fuegos artificiales y a la aparatosidad de las imágenes para disimular la endeblez de la propuesta y la falta de credibilidad de la trama. Para colmo, las peleas cuerpo a cuerpo se presentan como ensayadas coreografías, anulando así cualquier posibilidad de transmitir tensión.

Obviamente, en esta clase de filmes marcados por la infalibilidad (diríase, inmortalidad) del protagonista, ya se ha visto casi de todo. Pero ese empeño de los directores en ofrecer al público el más difícil todavía les condena a una ridiculez que produce vergüenza ajena. Recuerdo que en Eraser (1996), Arnold Schwarzenegger saltaba de un avión sin paracaídas, pasando junto a la turbina de la nave y aterrizando sin rasguño alguno. Pues bien, dicha secuencia puede considerarse una loa al realismo en comparación con la del El agente invisible lanzándose igualmente en pleno vuelo sin ninguna protección ni pertenencia y que, ya en suelo turco, termina hablando por el móvil para, a continuación, aparecer en Viena con la ropa limpia y planchada.

Los hermanos Anthony y Joe Russo, responsables de un par de entregas de Capitán América y de otras dos de Los Vengadores, se sitúan detrás de las cámaras. Para la plataforma Netflix filmaron Extracción, con Chris Hemsworth al frente del reparto, dando así la medida de su manera de entender el cine, contra la que, por cierto, nada cabe objetar. Ahora bien, con El agente invisible han rebasado las líneas de la cordura para firmar un despropósito tan intencionado como ridículo, un verdadero desprecio a los espectadores.

Un agente de la CIA, alias Sierra Seis, es excarcelado con el fin de eliminar a un peligrosísimo objetivo. Durante su misión se percata de que quizá se trate de una trama corrupta para ocultar las fechorías de sus superiores, de modo que desobedece las órdenes y se aparta de los protocolos. Desde ese instante, Sierra Seis pasa a convertirse en otra diana para cuya aniquilación han de recurrir a un nuevo sicario.

Integran el equipo artístico numerosos rostros conocidos. Da vida al agente bueno Ryan Gosling, interesante y curtido intérprete que ha demostrado sus cualidades en La, la, land, Drive, Blue Valentine o Los idus de marzo. Aunque hace lo que puede, no evita un desastre para nada imputable a él. Chris Evans, famoso gracias al citado Capitán América y con una pequeña incursión en la dirección titulada Antes de que te vayas, encarna a un forzado y caricaturizado agente malo. En cuanto a Ana de Armas, repite su perfil de chica Bond desplegado en Sin tiempo para morir pero, si dispusiera de oportunidades, podría dar mucho más de sí desde el punto de vista profesional. Les acompaña en un papel secundario el polifacético Billy Bob Thornton (El otro lado de la vida, Un plan sencillo).

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