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Los efectos del covid en el cerebro

Tras varios años de convivir con el virus Sars-COV-2 que tantas catástrofes ha generado, todavía no quedan claras las secuelas que este virus pueda dejar para el cerebro. Las opiniones son controvertidas en la neurociencia.

Un nuevo estudio sugiere que las personas la tercera edad puedan ver su cerebro afectado tras una infección por este virus.

¿El Sars-Cov-2 puede alojarse en el cerebro?

El cerebro es poco propenso a admitir patógenos en su estructura y mucho menos alojar virus. Entre otras estructuras, cuenta con una barrera hematoencefálica, que representa una aduana bastante estricta que restringe la entrada de componentes, partículas, etc. desde la sangre del cuerpo hacia el cerebro. Esta barrera impide por ejemplo que haya algunas infecciones en otros órganos que se propaguen hasta el cerebro y el encéfalo en general.

Sin embargo, los análisis de cerebros post-mortem en muchas ocasiones encuentran acúmulos de virus de diversas características como es el virus del herpes. Ahora están saliendo demás estudios que han investigado la posible presencia del virus de la covid-19 en el cerebro. Algunos análisis sugieren que el Sars-Cov-2 podría acabar también en el cerebro.

¿Cómo viajaría el virus al cerebro?

Las hipótesis apuntan que pudiera llegar a partir de los ojos, de la nariz, desde el pulmón e incluso desde el intestino.

1.- Por los ojos: Las gotitas conteniendo virus entrarían en contacto con la conjuntiva del ojo y pasarían a cerebro a través de los nervios (el nervio trigémino). De ahí, el virus ya estaría en el circuito nervioso para viajar hasta el cerebro.

2.- Por la nariz: El virus se adheriría a la mucosa nasal, pasaría a las neuronas sensoriales del olfato, para viajar por el nervio olfatorio hasta el cerebro.

3.- Desde el pulmón: Una de las dianas predilectas del Sars-Cov-2 es el pulmón. El virus también se puede extender aquí a la rama del nervio vago del tracto respiratorio. De ahí, por vía ascendente podría terminar alojado en el encéfalo.

4.- Por el intestino: Sobre todo en casos donde de carencia de higiene, el virus podría entrar por el tracto gastrointestinal y llegar al cerebro por el nervio vago. Este nervio (que proviene de la parte cerebral) es muy largo y también inerva a las vísceras. Al encontrarse en el intestino, el virus podría de manera oportuna acceder al sistema nervioso central viajando hacia arriba por el nervio vago.

5.- Por supuesto, no faltan las vías alternativas más clásicas como sería a través de la sangre (sobre todo si la exigente barrera hematoencefálica presenta mayor permeabilidad) y por otros fluidos periféricos.

Se puede concluir que el virus podría ingeniárselas para acabar alojado en las neuronas. Sin embargo, estas posibilidades son todavía especulaciones, pero sin duda abren la puerta a interesantes investigaciones sobre las estrategias de los virus para acceder al órgano más importante del cuerpo.

El Sars-Cov2 no infecta al cerebro humano.

A finales del 2021 se publicaron algunos estudios que concluían que este virus no infecta al cerebro humano. Una de estas investigaciones se efectuó por científicos de Bélgica y Alemania, utilizando muestras post-mortem de cerebro de personas que padecieron por covid-19. Los científicos participantes en esta investigación indican que la pérdida de olfato característica en muchas personas que padecieron esta infección viral no se debía a neuronas del olfato, sino a otro tipo de células que no propagarían el virus hacia el cerebro.

Los investigadores del estudio concluyeron que la vía nasal para llegar al cerebro quedaba entonces descartada.

Covid en las personas mayores y deterioro cognitivo

En marzo de 2022 se publicó otra investigación efectuada por investigadores del Hospital Daping de Chongqing (China) con pacientes mayores de 60 años que habían padecido la covid-19. Para ello se hizo un seguimiento de 1.438 supervivientes de esta enfermedad de diversos hospitales de China.

Los científicos comprobaron que un año después de haberles dado el alta, los pacientes mayores de 60 años presentaban un deterioro de la memoria y las funciones mentales superior a lo estándar en este rango de edad. En concreto, los supervivientes de la covid-19 efectuaban los test cognitivos varios puntos por debajo de lo normal.

Por otra parte, observaron que el deterioro del cerebro dependía de lo grave que hubiera sido la infección por el virus. Aquellos que habían tenido una infección viral grave tenían un deterioro cognitivo progresivo de 21,2% mientras que en la infección menos grave y en los controles era de entre 1,2-2, 3% comparado con individuos más jóvenes.

Otros virus alojados en el cerebro

En algunas investigaciones previas se observó que la presencia de los virus del herpes (esos virus que suelen salir en la comisura del labio) pueden encontrarse en el cerebro, donde aumentan el riesgo de alzhéimer, depresión y trastorno bipolar.

El herpes podría transportarse desde las mucosas hasta el cerebro, donde podría generar inflamación. La infección por herpes se considera uno de los factores de riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer. Este virus se ha encontrado asociado a las placas seniles amiloides típicas de esta enfermedad. Incluso se ha postulado en algunos ensayos clínicos que el tratamiento con antivirales durante al menos 30 días reduciría el riesgo de padecer demencia senil en un 50%.

El ánimo también puede ser viral

Por otra parte, un aspecto aun por explorar, es que las infecciones de la boca (periodontitis) y el propio virus del herpes podrían ser factores de riesgo en otras enfermedades neuropsiquiátricas como la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. En este sentido, los análisis post mortem en el cerebelo de algunas personas que padecían estos trastornos ha demostrado que estos virus se encontraban con mucha más frecuencia que en personas con cerebros sanos.

El estilo de vida y la alimentación cuentan

No obstante, no hay que olvidar algo en lo que insisto mucho en mis libros y en mis artículos: Mucho de lo que al cerebro haga dependerá de cómo te alimentes y cómo ejercites tu cuerpo además de la mente.

www.raquelmarin.net

Autora de Dale vida a tu cerebro, Pon en forma tu cerebro y

Alimenta el sueño para un cerebro sano, de RocaEditoria

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