«Tengo en casa a mi mamá pero mis mamás son dos, en el Cielo está la Virgen, que es también mamá de Dios».
Canto católico para niños.
Esperando el bus, me dirijo a Los Cristianos, a un bazar chino, en la víspera de mi viaje de visita familiar, ya que acabo de enterarme que Pablo, hijo de mi sobrino, es fan de Pokémon. Erial, un precioso niño de unos 3 añitos, de grandes ojos caramelo y expresión sobria y dulce a la vez, sube conmigo, junto a su mamá. Nos sentamos cerca. En la siguiente parada, se sube una señora algo mayor que yo, y le cedo el asiento; y algo maravilloso sucede: el nené le pide a su madre subirse a su regazo, y me cede su asiento.
Sí, con tan sólo tres años.
Inicio conversación con su madre.
Erial tiene dos mamás.
Ambas trabajan, y aun así lo cuidan, atienden y le han enseñado valores.
¿Cuántos niños con padre y madre están en casas de acogida, y cuántos reciben abuso, sea físico, psicológico o ambos de una así llamada familia normal? ¿O son testigos de malos tratos de sus padres a sus madres?
Hoy, he recibido una lección de vida de vosotros: Erial, mami y mamá.
