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Opinión

Adeje y la Virgen de la Encarnación

El 30 de junio de 2020, el nuncio apostólico monseñor Bernardito Auza trasladaba al obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, el decreto con la declaración del patronazgo Canónico de Nuestra Señora de la Encarnación, en el municipio de Adeje. Se trataba del resultado de una solicitud popular que partía del por entonces párroco, Honorio Campos, con el apoyo de toda la parroquia, el ayuntamiento en pleno y el conjunto de la sociedad local. Numerosos actos han quedado durante los pasados días como testigo del elemento de identidad que la venerada imagen representa. Misas, ofrendas desde diversos núcleos poblacionales del municipio sureño, el acto de presentación de un libro, el estreno de una marcha procesional conmemorativa, la salida solemne de la rogativa nocturna extraordinaria y la solemne función religiosa de proclamación del patronazgo Canónico de Nuestra Señora de la Encarnación han definido unas muestras de cariño, respeto, admiración y preservación de un legado que traspasa de generación en generación y llega a transmitirse a locales y foráneos. Junto a los actos religiosos coordinados por el cura-párroco, Agalac Alonso, destacaron momentos como el viernes 6 de mayo. Durante esa jornada, en el interior del convento franciscano se llevaría a cabo la presentación del libro de Milagros de la Virgen de la Encarnación. Una reedición del trabajo publicado en 1994 con datos y redacción de José Miguel Rodríguez Fraga. El trabajo ahora presentado, gestionado por la editorial villera LeCanarien ediciones, incluye una amplia introducción por parte del historiador del arte Manuel Jesús Hernández González. En sus páginas ofrece una explicación sobre la llegada de la imagen al lugar, el culto a lo largo de los siglos, diversas expresiones de religiosidad popular y la devoción durante el siglo XX, recurriendo para su investigación a un variado conjunto de fuentes primarias y secundarias. Le sucede el Decreto del Vaticano que confirma el patronazgo. Tras ello sigue un conjunto de páginas respecto al contenido que refleja el Libro de Milagros de Nuestra Señora de la Encarnación, escrito en 1745. Durante la presentación, el investigador y escritor Nelson Díaz Frías realizaría un amplio análisis respecto a los motivos de tal obra y reflexionaría mediante un conjunto de datos respecto a las relaciones y los vínculos a lo largo del tiempo sobre tal publicación, mostrando apuntes inéditos que causaron positivas impresiones. Tras ello el alcalde también tomaría la palabra como encargado décadas atrás de estudiar, transcribir y reproducir por primera vez un trabajo que se creía perdido pero que, sin embargo, se conservaba en la memoria de los vecinos y en diversos registros que daban fe de ello. Incontables horas de trabajo, combinando su labor por entonces como profesor de enseñanza secundaria, las responsabilidades familiares y otros asuntos tendrían como resultado el incalculable conjunto documental que se llegaría a ofrecer por primera vez al gran público hace casi tres décadas atrás. Un conjunto de 23 relatos, recopilados a lo largo de seis años de mediados del siglo XVIII, nos aproximan ante testimonios de personas que aseguraban ser testigos de la fama milagrosa de la imagen y su actuación ante diversas circunstancias relacionadas con sucesos en el lugar. En ese mismo marco se presentó la marcha procesional conmemorativa Encarnación adejera, por parte de la Banda del Patronato Musical de la Histórica Villa de Adeje. Una pieza compuesta por el gran músico y compositor Jesús Agomar González Guillama. El sábado 7 de mayo se efectuó la rogativa nocturna extraordinaria. Emocionante y emotivo resultaría ver a un pueblo volcado con su imagen desde la parroquia de Santa Úrsula hasta San Sebastián siguiendo el camino tradicional, entonando cantares de alabanza a la imagen. El domingo 8 se ofreció la función religiosa de proclamación del patronazgo canónico de Nuestra Señora de la Encarnación a cargo del obispo, Bernardo Álvarez, y acompañamiento musical por parte de Los Sabandeños. La imagen retornó al día siguiente a la parroquia de Santa Úrsula, finalizando, de esa forma, un acto que enlaza con la esencia e identidad de Adeje y que ya forma, sin lugar a dudas, un elemento más de su amplia trayectoria histórica.

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