La oposición del PP cuestionó ayer al Gobierno de Canarias por los tres mil menores no acompañados que hay en Canarias. El presidente Ángel Víctor Torres replicó que por qué no le piden a Isabel Díaz Ayuso que solidariamente acoja algunos en Madrid. Es una ocurrencia y ni siquiera nueva. Pero eso y no más es la política de ahora: salidas de pata de banco a beneficio de nada y de nadie. El cuidado de los menores no acompañados, como las políticas migratorias, dependen de la solidaridad voluntaria de otras Comunidades. Seria una estupidez insostenible. Dependen de la responsabilidad de un Gobierno de España que no esté desinteresado y ajeno a lo que está ocurriendo en Canarias, como desgraciadamente ocurre ahora. Y el gobierno de estas islas hace mal actuando como una delegación del Gobierno de España, tapando o minimizando sus reiterados errores con esta tierra. Muchos socialistas canarios son conscientes de que el pasotismo con el acogimiento de los menores –entre otros asuntos– no se puede consentir. Ahora parece que el lugar donde puede resolverse este vidrioso asunto es en la conferencia de presidentes, en La Palma. Me conformaría con que arreglasen la reconstrucción de la isla, que está haciendo aguas por todas partes. Pero mucho me temo que no va a ser así. Cuando se juntan los pastores la única consecuencia suele ser que las ovejas pierdan lana.