eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Casero en el cajero

El vídeo más cotizado de España, por encima de una grabación de los escarceos románticos de Urdangarin, mostraría al diputado Alberto Casero manipulando con torpeza su tarjeta de crédito en un cajero automático. Dada su probada impericia con un botón que solo admite tres posibilidades, sus prestaciones en la cabina bancaria recordarían a Charles Chaplin apretando tuercas en Tiempos Modernos. Queda claro que los diputados digitados no son digitales, pese a lo cual dictaminan sin freno a favor de la digitalización forzosa de la sociedad circundante. El Congreso tiene una presidenta que no sabe leer una votación, sin que existan demasiadas posibilidades de que internet mejore su incapacidad aditiva. La pregunta es muy sencilla, ¿qué pinta ahí, según los criterios electrónicos que desea imponer a la población? La aprobación por el PP de la tímida reforma laboral del PSOE no es el error de un diputado, sino del partido entero al aportar el esfuerzo imprescindible para que saliera adelante un texto firmado por la patronal. Este argumento supera en valor a la llantina impostada tras descubrirse el supuesto escándalo, ¿dónde radica el asombro de que los populares voten a las órdenes de los empresarios? Casero en el cajero ha monopolizado la cotizada figura del antihéroe, sacrificado para que prospere un decreto que hiere a sus promotores y fortalece a sus enemigos.No se necesita forzar la hipótesis para sospechar que a Casado puede convenirle una aprobación a las órdenes de la Ceoe. Se alegará que su enésimo error le ha impedido hundir al Gobierno, pero facilita la sintonía con la hermandad de los contribuyentes a las cajas B del PP. Tampoco es descabellado concluir que a Yolanda Díaz le hubiera favorecido salir derrotada del envite, dada la opacidad de su pírrica victoria. En cuanto Casero salga del cajero sin haber sido capaz de arañarle ni un euro, convendría inscribirlo en las filas socialistas, para que sus votos al revés favorezcan a sus correligionarios conservadores. Y el único ganador fue Pedro Sánchez, desplegando sangre fría mientras su entorno se derrumbaba en el desconcierto de la votación de nunca acabar.

Compartir el artículo

stats