eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maite Fernández Valderas

Discursos que conectan

Me gusta contarte que identidad es independencia, tu discurso debe reflejar tus valores y principios; no imites a otros, sigue tu guía y tu estabilidad te acompañará y te protegerá.

A veces me pregunto si cuando vamos a dirigirnos a un grupo de personas nos preparamos con anterioridad; si le dedicamos unos minutos, mínimamente, a preguntarnos qué pueden sentir esas personas; desde qué perspectiva se hace, para mí, es más sencillo mirar o divisar esa realidad que ellos o ellas pueden tener y, lo más importante, ¿qué esperan de mí? Unas preguntas sencillas que, seguramente, afianzarán nuestro discurso y nos acercarán a una conexión emocional con nuestro auditorio, con nuestra gente. Esa es la diferencia entre pasar desapercibido en un mar de peces –como es la política– o diferenciarnos y ser recordado, ser útil, memorable, generador de confianza y de adhesiones.

Programa tu discurso y sigue una regla básica: 120 palabras por cada minuto en discursos a ritmo lento, o bien 150 palabras para aquellos discursos más dinámicos. Depende de la persona, del tema, del contexto y del auditorio.

Entrénalo, grábalo, escúchate, modúlalo hasta que logres gustarte y ser parte de él… Hasta mientras conduces puede ser un buen momento para escucharte y hacer esa visualización positiva. Es importante que midas los tiempos y la entonación, para enfatizar aquello que consideras importante; como me gusta comentarles a mis clientes, importa aquello que no puedes dejar de contarnos…

El uso de verbos emocionales es parte de tu éxito y, si quisieras consolidar tu Marca Personal con Discursos de Marca, incorpora una estrategia identificativa y diferenciadora que con solo leerte en un artículo o entrevista será fácil para todos identificar al protagonista o a su autor.

La tendencia a dirigirnos a los demás hablando en tercera persona despersonaliza nuestro mensaje, y nos distancia emocionalmente de nuestro auditorio y de nuestra gente. Hablando desde ti, mostrarás responsabilidad, credibilidad y confianza.

Habitualmente, a diario, nos encontramos con entrevistas a cargos públicos que nos transmiten o percibimos como una mera descripción o mero observador de la situación, del problema o de su opinión; que nos dan la sensación de cierta distancia y una reducida implicación con el problema. Básicamente eso se produce porque se utiliza un lenguaje que lo sitúa en el plano de la tercera persona, con argumentos de descripción muy generalistas. Ese lenguaje es muy habitual en política, porque se busca una eficacia y utilidad en un momento concreto, pero con el elevado coste de que se nos perciba alejados de cualquier liderazgo auténtico.

Me gusta que me cuentes lo que pasa, aunque indudablemente lo relevante es tu valoración acerca de eso que ocurre; declarar una y otra vez, sin proponer, carece de valor.

Céntrate en las 3C que debería contener todo discurso político: ser Comprensible, ser Convincente y ser Célebre; memorable y recordado.

Estas reflexiones me permiten traer a estas líneas unas palabras de uno de los grandes referentes internacionales de la oratoria, Yago de Marta, con una cita que me enamora: «Tú tienes todo el poder, pero todo el valor lo tiene tu público».

El poder se ejerce; por lo tanto, el discurso poderoso será aquel capaz de ejercer una mayor influencia sobre su público.

etikpolítica.es @EtikMaite

Compartir el artículo

stats