El primer encuentro siempre fue recio y de una seriedad que, a la postre supe que era impostada porque ‘Mamen’, como la llamábamos quienes la queríamos, siempre hizo gala de su naturaleza salmantina, espartana y sonriente, con un humor inconmensurable y, por qué no decirlo, muy negro.  

Siempre quiso poner humanidad en su trabajo y pasión aunque tamizada como no, por su aire castellano, en esa misma Salamanca en la que se licenció en Derecho en 1978 y en esas mismas calles, como la de San Pablo, plagada de librerías de ocasión y de viejo, donde descubrió a Miguel de Unamuno. Precisamente para su cumpleaños le regalé una primera edición de “Paisajes del Alma”.  

Nos unió el periodismo primero y después una amistad disfrazada de una suerte de pupilaje. Entendía que la fiscalía debía cumplir su función social, abrir las ventanas para que entrara la luz y se domeñaran las telarañas de una institución mastodóntica. Pero también recriminaba la falta de preparación de los periodistas, la falta de especialización en tribunales. Así que me abrí de orejas y comencé a escucharla. La puerta de su despacho estaba siempre abierta no sólo para los fiscales sino para los periodistas. “Me tienes que ayudar porque tú eres muy de metáforas y mañana tengo el discurso de apertura del año judicial y voy a dormir a las ovejas”, me dijo un día. Y así, intercambiando literatura por clases informales de jurisprudencia nos hicimos amigos más allá de la actualidad de los protocolos con los que era muy estricta.  

Estuvo 33 años de carrera fiscal, gran parte de ellos al frente de la Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife, en su etapa estallaron casos como el de Las Teresitas, procedimientos muy mediáticos pero prestaba la misma atención a los de menor entidad , a la cotidianidad de la casa, a defender a los fiscales jóvenes, a premiar el talento y a dignificar la fiscalía. Huía de las medallas y reconocimientos. Fue generosa a pesar de venir mal dadas y se mantuvo firme.  

De Mamen, sólo puedo decir que amaba esta tierra, que adoraba a sus hijos Paula, Miguel y Javier. Que disfrutaba de la playa de Las Teresitas y comentar “First Date” por “WhatsApp”. Que vivió con la cabeza, le encantaba Serrat. Que ha sido la mejor fiscal que ha tenido la Audiencia tinerfeña y que su partida me ha dejado huérfano de amistad. Los que te queremos conservaremos tu memoria siempre. Hasta pronto Mamen. 

* Pedro Murillo, periodista de Radio Club Tenerife.