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Jorge Bethencourt

el recorte

Jorge Bethencourt

No. No cumplen el REF

Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 han establecido un «cupo provisional» de 1.407 millones para el País Vasco. Es lo que el Estado cobra por los servicios públicos no transferidos que presta en uno de los territorios más ricos de Europa. Uno fiscalmente soberano, que recauda y gasta sus propios impuestos.

Tal vez por eso, el presupuesto de Euskadi para el año próximo supera los trece mil millones. El de la diputación foral de Vizcaya ronda los nueve mil millones de euros, el de Álava se acerca a los seiscientos y el de Guipúzcoa pasa de los mil millones. Y las cuentas de la Diputación Foral de Navarra superan los cinco mil doscientos millones. O sea, que al paquete vasco, así en conjunto, entre pitos y flautas y flautas y pitos, le revientan los millones por las costuras.

Pero es que, además, el proyecto de Presupuestos del Estado español para el año próximo contempla unas inversiones directas de casi seiscientos millones de euros para País Vasco. El doble que en Canarias. Más de cuatrocientos millones en obras ferroviarias. Casi noventa millones para subvencionar el 87% del precio de los billetes de ferrocarril y el 95% en los servicios de vía estrecha. Y treinta millones en obras hidráulicas. Habrá transferencias de crédito de más de ciento ochenta kilos para pensiones no contributivas a 12.000 mayores. Noventa millones para facilitar el acceso a la vivienda. Y ciento veinte para Educación y FP. Y casi setenta para ayudas a los autónomos. ¡Y treinta millones para el turismo vasco! Y diez millones para I+D. Y transferencias de 135 millones para mejorar el sistema de dependencia, que atiende a 87.000 personas, y 42 millones para economía de los cuidados. Y no sigo, porque me pongo verde.

País Vasco tiene dos millones ciento ochenta mil habitantes, un paro del 9% y un PIB de casi 80.000 millones de euros. Canarias tiene dos millones doscientos mil habitantes, un paro del 25%, 380.000 personas viviendo al borde de la pobreza y un PIB máximo histórico de 47.000 millones. Las inversiones directas del Estado en las islas serán de 363 millones, el año que viene.

Los vascos no juegan en la misma liga que el resto. Pero en el nuevo sistema de financiación de las comunidades del «régimen común» a Canarias, uno de los territorios más pobres del país, le van a bajar tres puntos en el cálculo de los criterios de reparto de fondos y de necesidades de financiación mientras a Baleares –que está en el pelotón de las más ricas– le suben dos puntos.

Mientras tanto, ayer el Parlamento canario aprobó unos presupuestos de 9.000 millones para el año próximo. Estamos que nos salimos, de puro orgullo. Y hasta presumimos que Madrid, qué buenos son, va a gastarse un dinerillo el año que viene en ayudar a La Palma. ¡Pero qué suerte tenemos! Hakuna matata. Gracias bwana!

Estoy confuso. Como el chino que inventó la confusión. Leo en los periódicos que el Parlamento de Canarias ha afirmado algo que no es cierto. Y me extraña, porque es difícil que setenta ilustres personas se pongan de acuerdo en soltar la misma trola. El titular dice que el Parlamento «emite un informe unánime que ratifica el cumplimiento del REF en los Presupuestos Generales del Estado de 2022». Cosa que –entre nosotros– es más falsa que Judas. Porque hay convenios que no están dotados o porque no se cumple con la media de inversión del Estado en las islas, sin ir más lejos. En realidad, lo que los diputados han dicho –o debieron decir– es que los Presupuestos del Estado del año próximo cumplen con el REF «en las previsiones contenidas en el artículo 61.Dos», que modifica la base mínima del Impuesto de Sociedades. Y eso no es lo mismo que decir que los Presupuestos respetan el REF. Si dejamos a un lado la pandemia, la financiación de Canarias y la reconstrucción de La Palma son los dos «grandes» asuntos del año próximo. Son dos frentes en donde Madrid tiene mucho que decir. Uno de ellos afecta a la línea de flotación del REF. Y ya sabemos cómo se las gastan, tradicionalmente, en el ombligo de España.

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