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ANÁLISIS

A propósito de ‘Reflicciones’

Reflicción es un neologismo, un invento de Agustín Gajate, que surge de la combinación de las palabras reflexión y ficción y que el autor utiliza para mostrarnos su compromiso y lucidez porque como decía el escritor, periodista, actor y activista político estadounidense Norman Kingsley Mailer, que con Truman Capote, está considerado el gran innovador del periodismo literario, «la lucidez es el punto de encuentro de la consciencia y la sensualidad», consciencia que Gajate nos muestra en todo momento para presentarnos, desde su particular mirada, la realidad que nos rodea y como se relaciona con ella y también la sensualidad, que se aprecia en algunos relatos de este libro.

Agustín Gajate, en sus reflicciones, se nos muestra como un escritor y ser humano comprometido que valora al ser humano íntegro, mostrándonos variados ejemplos y así, por solo poner uno, nos lo muestra en el relato en el que trata el tema de la confianza en el otro que muchas veces nos lleva a desengaños y fracasos, cambiándolo el autor por el éxito y el progreso, abordado de manera magistral en el relato titulado El chaleco mágico, cuando este lector creía que todo iba a acabar en fracaso. Son muchos los relatos sobre los que podría detenerme por haberme llamado la atención, sin que me pueda olvidar de los titulados La obra maestra de la exposición o El comando Bansky o Autobiografía de Patito Feo. Aprovecho para decirles que los finales de relato son, en la mayoría de los casos, sorprendentes e inesperados.

Destacar la utilización de heterónimos con una gran carga de sátira y gracia, entre otros nos encontramos con los relacionados con las estrellas del balompié: Leonino Messe, Cristino Ruinaldo, Garrett Vale, Kariú Bengayá; o los que tiene que ver con la prensa y los títulos de periódicos: Narca, Yas, La Retaguardia…

Nos vamos a encontrar con personajes tratados con inmenso respeto y admiración y que nos sitúan al autor en sus convicciones sociales y también políticas como puede ser Mae, el maestro humanista de vocación y antifascista por convicción.

Reflicciones es un libro que reúne cuarenta relatos de temáticas y estilos muy diversos, con un léxico brillante, con un lenguaje connotativo y poético que nos lleva como en volandas a disfrutar de la lectura, baste como ejemplos:

«Hacía rato que la claridad de la mañana teñía por dentro de naranja sus párpados cerrados…».

«La fría nieve huele, no sabría describir a qué, pero huele».

Llamativos, como hemos podido comprobar, los títulos de los relatos, en homenaje a la fascinante cultura aborigen. Curiosamente también hay relatos en los que el autor tiene la colaboración de sus hijas Leire y Malena Gajate Arenas (El botijo espacial, la una y El continente de plástico, la otra), no solo planteando el tema de las antiguas luchas por las conquistas y que él sitúa, de manera sorprendente y con un alto sentido satírico, en el siglo XXII, en esta ocasión no entre musulmanes y cristianos sino entre bots y algoritmos; o en el otro tema planteado, cual es el problema de las, cada vez más abundantes, islas de plástico pero no quedándose ahí sino dando ideas de cómo encontrar soluciones a un problema que solventa con el compromiso y la responsabilidad de toda la sociedad para evitar el caos medioambiental, cuestión que, entre otras tantas, tanto preocupa a nuestro autor.

Llamativos y muy recomendables para reflexionar sobre cuestiones diversas son los temas que especialmente ahondan en los valores fundamentales y su puesta en práctica y el rechazo de los contravalores; aunque Agustín Gajate nos va a sorprender en cuatro de sus relatos en los que se nos muestra con un marcado erotismo, del que nos advierte con sus dos rombos, en títulos tales como: Polvo literario, La nodriza de las mil lunas, Enferma de belleza o La sommelier con párrafos que están a la altura de la mejor literatura erótica de Henry Miller o Guillaume Apollinaire.

Después de haber leído este libro reflexioné, una vez más, sobre un tema que Agustín Gajate nos presenta en su texto titulado Una reflexión sobre la función social del escritor en Canarias publicado en el año 1989, en la que habla de la función social del escritor y que este que les habla, en sus múltiples conferencias y ponencias, siempre ha abordado diciendo que «el escritor y el poeta deben ser seres comprometidos con su tiempo y así mismo ser la voz de aquellos que, por diferentes circunstancias, no la tienen», con lo que es por lo que me he sentido muy identificado con muchísimos de sus relatos, haciendo que vuelva, una vez leídos, a releerlos de nuevo. Son temas que, a pesar de que algunos han sido escritos desde hace algunos años, abordan cuestiones sociales de rabiosa actualidad: cierres de empresas editoriales, problemas a los que se enfrentan los marginados, el dormir en la calle y entre cartones; el coleccionismo, tema que me apasiona; el tema de la belleza física o el de los sabores y olores, o aquel que he llevado a cabo en múltiples ocasiones, como es coger con una hoja de periódico o papel higiénico a un perenquén que se ha colado en casa para depositarlo en un sitio seguro, aunque alguno ha sido fiel acompañante durante el tiempo que le ha parecido, estando atento, a lo que hacía este que les habla, desde un otero de privilegio, creí que el autor me había visto a través de una mágica mirilla y sonreí al pensarlo.

Estamos ante un libre pensador y un ser eminentemente creativo, por lo que para concluir se me ocurrió que podría recurrir a una frase de la escritora francesa de origen ruso Elsa Triolet: «Crear es tal difícil como ser libre».

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