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Francisco Pomares

Fumata blanca en las bonificaciones marítimas

Ya hay acuerdo, y es unánime: la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife aprobará el próximo lunes restablecer la bonificación en los billetes de barco a los no residentes en Canarias, tanto extranjeros como peninsulares. La supresión de la bonificación se produjo en los Presupuestos 2021. Hasta que finalizó el 2020, todos los pasajeros de rutas marítimas interinsulares, fueran o no residentes, tenían bonificada la tasa de pasaje de barco en un ochenta por ciento, lo que suponía un importante abaratamiento del pasaje, aunque también una reducción de cuatro quintas partes en los ingresos de la Autoridad Portuaria tinerfeña, que con cinco millones y medio de pasajeros –muchísimos de ellos entrando y saliendo de La Gomera– mantiene un record reiterado en el tráfico español de pasajeros por vía marítima. La cosa es que la bonificación hacía perder hasta 18 millones de euros al año a la Autoridad Portuaria, y eso es mucho dinero. Además, tras años de alta rentabilidad, y en cumplimiento de la ley que regula los beneficios portuarios, Las Palmas rebajó todas las tasas (al barco, al pasajero y a las mercancías) y en los puertos de Tenerife se vieron obligados a hacer lo mismo para mantener su capacidad de competir con los puertos de enfrente.

Y fue entonces, para compensar la rebaja obligatoria de las tasas que gravan el tráfico de las mercancías, cuando se decidió reducir del 80 al 70 por ciento la bonificación a los canarios y hacerla desaparecer para los de fuera. Eso supuso un importante perjuicio para la única isla del archipiélago que recibe la práctica totalidad de sus visitantes y mercancías por vía marítima, La Gomera. El aumento de las tasas a los no residentes perjudica además a uno de los sectores más sensibles de la economía gomera, su turismo, sostenido básicamente por extranjeros y peninsulares que acuden a la isla, y que se dejan su dinero en la hostelería, la restauración, el comercio y el alquiler de coches de la isla. Curbelo, que representa al Cabildo de su isla en el consejo de Administración la Autoridad Portuaria, lleva meses intentando darle la vuelta a una situación que resulta indeseable para las islas verdes, y para su aún incipiente turismo.

Finalmente, contando con el apoyo de otros consejeros, entre ellos el presidente de la Cámara de Comercio tinerfeña, Santiago Sesé Alonso, Curbelo ha logrado forzar un consenso aplastante en torno a la recuperación del descuento a peninsulares y foráneos, con el objetivo de recuperar la economía de las islas periféricas occidentales, muy especialmente de la suya.

Curbelo es hoy uno de los hombres fuertes del Gobierno regional y quizá podía haber conseguido aún más, imponiendo una solución radical, como retrotraer la situación a la de 2019, aunque esa propuesta fuera calificada de inviable e ilegal por el presidente de los puertos de la provincia. Pero Curbelo es también un hombre de acuerdos y negociaciones y prefirió transar con el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis. Lo que se aprobará, probablemente sin rechazo, este próximo lunes en un pleno extraordinario, es establecer de nuevo bonificaciones a las mercancías, para mejorar la competitividad de los puertos, e igualar la bonificación de la tasa al pasaje al 70 por ciento, tanto para canarios como para no residentes. Eso supone que los canarios pagarán diez céntimos de euro más de lo que pagan ahora por trayecto, pero los no residentes dejarán de pagar algo menos de cuatro euros y medio en relación con lo que abonan ahora. Parece una solución justa, más equilibrada y que favorece el turismo en un momento especialmente necesario: se pierde un poco en el descuento a residentes, pero se gana mucho en competitividad en buques y mercancías, en turistas y viajeros.

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