eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Wladimiro Rodríguez Brito

Agua en Canarias, algo más que H2O

Sirvan estas primeras líneas de homenaje a don Jesús Mesa, recientemente fallecido y persona esencial para entender la evolución del agua en Tenerife. Don Jesús fue, entre otras cosas, fundador de la Cámara Insular de Aguas de Tenerife y tuvo un sentido social y ambiental del agua. Su brillante trayectoria personal y profesional siempre estuvo ligada al agua y al campo, demostrando su inteligencia, habilidad y actitud dialogante y de consenso. Descanse en paz.

Estos días se pronuncian los alcaldes del Noroeste de Tenerife ante los problemas del agua para abasto de la población, poniendo de manifiesto un tema de máxima actualidad no solo a nivel local sino mundial. Resulta curioso que esto ocurre en municipios situados en la zona con las galerías más caudalosas de Canarias (Vergara y Hoya del Cedro), donde los problemas están en los costes de tratamiento para desalar –cuya factura se les pasa a los vecinos-, de flúor, sodio, etc.

Los alcaldes proponen mirar para los vecinos que tienen agua de mejor calidad para regar, como ocurre con La Orotava, y cambiar de uso y territorio. Es decir, hay un conflicto interno entre municipios y entre la agricultura y el mundo urbano, cosa que también ocurre en otras partes del mundo. Sirva como ejemplo el caso de Egipto y Etiopía. Allí se desvía el principal afluente del Nilo -el Nilo Azul-, hacia una presa hidroeléctrica –la mayor de África- con una superficie superior a La Gomera. No olvidemos que Egipto, con más de 100 millones de personas, depende del Nilo y que Etiopia supera los 130 millones de personas que miran para los regadíos para poder subsistir.

Aquí y ahora nuestros alcaldes han de mirar para el entorno en que hay más de 20 galerías en total abandono y que en contados casos tienen directiva y algo de gestión. ¿Cuántas pipas se pierden cada día? ¿Cuándo entraron por última vez en dichas galerías? ¿Se puede ignorar los recursos locales? Tras la desgracia de Piedra de Los Cochinos, en las que se habla de responsabilidades penales, ¿qué va a ocurrir ante un accidente? ¿Les pedirán a los responsables de la galería que los escombros de las obras los lleven a vertederos autorizados cuando en muchos casos no existe acceso rodado?

Los alcaldes deben saber que, en la mayoría de los casos, el agua corriente en Canarias la hemos puesto los vecinos. Que la Administración de Madrid o las Administraciones locales apenas han participado en tales obras. Valga como ejemplo el barrio de La Perdoma, en el que los vecinos han puesto el agua desde el contador a toda la instalación. También hay que destacar que ante la marginación que hemos vivido con el agua y el alumbrado por nuestra gente, se construyeron más de 1.700 kilómetros de galerías y pozos.

Creo que falta una verdadera cultura del agua. En mi generación aprendimos mucho sobre el agua y su uso sostenibles y ahora les toca a los alcaldes preocuparse de realizar una mejor gestión, sobre todo en el interior. Las desaladoras consumen energía y, por ahora, pueden atender las cotas bajas, pero no solo la solución definitiva.

Hay que mejorar el aprovechamiento del agua y cuidar y mejorar la red de distribución, que en la actualidad tiene grandes pérdidas. Hay carencias de obras de alcantarillado y depuración y toda una cultura de cuidados. Además, en muchos casos no se mancomunan servicios, como de hecho ha ocurrido en la Isla Baja, ya que ahí tenemos la población más concentrada de Garachico a Buenavista.

Hemos tenido intentos de puesta en marcha con proyectos y presupuesto de la depuradora hace cuatro años, pero se politizó y lo pararon por las miserias políticas locales y supuestas propuestas ecologistas. Recordemos que nos echaron de las reuniones para la depuradora y que no miraron para la depuradora de Valle de Guerra, que está funcionado de manera satisfactoria.

Está en nuestras manos tratar los problemas del agua con más solvencia, con seriedad y para ello hay que valorar y dignificar lo que se ha conseguido hasta ahora. Es bueno que sepamos que el agua de abasto en las casas se ha hecho con trabajo y esfuerzo de los vecinos y que las galerías de las que emana el agua que bebemos se han construido con ahorros familiares. Las galerías se construyeron mayoritariamente cuando carecíamos de agua corriente en más del 90% de las viviendas rurales de Canarias.

Señores responsables de los bienes públicos, el agua en el mundo rural canario no la pusieron las instituciones públicas. En la mayoría de los casos ha sido con aportes de las galerías con acciones liberadas que disponían los ayuntamientos con coste cero por el permiso para su construcción en suelo municipal. Parece razonable volver a constituir las comunidades de las galerías, asesorarse en los problemas referidos a los gases, los escombros en el interior y canales cortados. En definitiva, a realizar una gestión adecuada a los tiempos que vivimos. Además, en los pueblos tienen ustedes maestros que les asesoren, que conocen las galerías y que pueden aportar su experiencia.

Por otra parte, tenemos que cambiar las leyes que les piden responsabilidades penales a los directivos de las comunidades de aguas si en la misma entran unos visitantes y tienen problemas. Nadie puede cuidar la puerta de la galería con un vigilante durante las 24 horas de los 365 días del año y no es lógico que si queremos limpiar la galería, la normativa diga que los escombros habría que depositarlos en un vertedero autorizado. Eso es un tema de difícil aplicación, ya que en muchos casos las galerías no tienen acceso para que llegue un camión para transportarlos.

Queridos responsables políticos, pongámonos de acuerdo en las obras prioritarias para realizar una buena gestión del agua: red, depuración y cuando el núcleo de población lo requiera, construir las depuradoras en los lugares técnicamente más adecuados.

Las depuradoras y la reutilización también juegan un papel positivo ambiental y social y eso lo defendimos hace años. Sin embargo, el Cabildo ha construido unas instalaciones para mejorar las aguas y tienen problemas y hay que plantearse los motivos de los mismos. Lo ocurrido hace cuatro años en la Isla Baja, sobre la depuradora para la zona que incorporaba un volumen importante en las zonas costeras, es lamentable. Y cuenten con los ‘viejitos’ locales, aprendan en cosas de aguas y cultura del futuro y no olviden que los precios también son importantes. El agua es vida y, por lo tanto, su gestión tiene que ser prioritaria para todos.

Compartir el artículo

stats