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Jorge Bethencourt

MANUAL DE OBJECIONES

Jorge Bethencourt

Los últimos toletazos

Hasta el 2023 no habrá reglas fiscales. No se exigirán sacrificios ni recortes. Estamos, pues, en los últimos momentos del despendole fiscal. Y el Gobierno de España lo ha aprovechado haciendo un proyecto de presupuestos engordados con los préstamos de Europa. Ese dinero que nos han dejado a cambio de firmar un “contrato” de reformas muy secretas. O sea, que nadie conoce.

Gracias al dopaje ajeno, el próximo año se destinarán a las autonomías más de 126 mil millones de euros. Después de transferir 36.000 millones al pufo de la Seguridad Social, se volverán a desviar más de 7.000 millones para sostener el sistema piramidal de pensiones español, que tiene ya una deuda de 90.000 millones y un gasto de 171.000 millones al año. Y subirá el salario de los funcionarios. Y se invertirá más de 5.000 millones en redes ferroviarias, más de 2.500 en carreteras, se financiarán proyectos de transición energética… En fin. Como si nos hubiese tocado la lotería.

Al líder de la oposición, Pablo Casado, se le ha torcido el rictus. Y ha dicho que España está quebrada. Sabe que esto habrá que pagarlo. Pero está equivocado. Porque bajo el celofán del inmenso gasto público de estos presupuestos hay tomate, mi cuate.

La previsión de ingresos por las rentas del trabajo (IRPF) supera el récord de los 100 mil millones. Lo mismo que el IVA, con el que se pretenden ingresar 75 mil millones. Nos van a reventar el bolsillo y clases medias eliminando deducciones. A los autónomos les va a subir la cuota entre 90 y 225 euros al año. Y ya se ha publicado una revisión del catastro en la que el valor de los inmuebles se aproximará a los precios de mercado con lo que subirán los impuestos en la compraventa de viviendas. Todo esto no es más que un aperitivo de los hachazos del 2023, después de que en febrero próximo el comité de expertos fiscales designado por Pedro Sánchez presente una propuesta de reformas que “cágate lorito”. España gasta hoy más de cien mil millones por encima de lo que puede. Hagan cuentas de cómo nos vamos a apretar el cinturón cuando en Europa cierren el grifo.

¿Y Canarias? Pues congelada, como Walt Disney. A los catalanes y vascos, lógicamente, les va un río de dinero, porque sus diputados sostienen al gobierno a cambio de pasta gansa para su tierra. El que sabe, sabe. Incluso hay comunidades del PP, como Galicia y Andalucía, que salen bien tratadas, aunque solo sea como coartada para pasarle la pulidora al Madrid rebelde de Ayuso. Pero a nuestras islas le llegará el mismo dinero que el año pasado más doscientos millones que nos debían de carreteras. Eso ha ha sido to…, ha sido to…, ha sido todo amigos.

Ahora veremos el show lo de siempre. La oposición gritará que es infame. Los partidos que gobiernan dirán que es maravilloso. Lo harían al revés, si estuvieran al revés. Es el juego de sus intereses. Los nuestros son suspiros, que son aire y van al aire. Como las cenizas del volcán, que tiene rima.

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