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ALGO ASÍ

Covid y diabetes

Durante esta desgraciada pandemia de covid-19 han fallecido en nuestro país demasiadas personas. En la cuarentena no hubieron velatorios ni entierros y en las distintas fases con limitación de aforo ni misas de difuntos, por lo que las despedidas han pasado con mucha pena y tristeza y, si alguien no te informa de un deceso, simplemente no te enteras. Así me ocurrió la pasada semana cuando llamé a mi gran amigo Paco Cabrera para felicitarlo por su santo. El sopetón me dejó de piedra: había fallecido meses atrás.

Cuando uno llega a esta edad la sensibilidad con estos temas está a flor de piel, pues estos fallecimientos me recuerdan los de mi esposa e hija que dieron lugar a uno de esos días en que creo no debería haber amanecido. Dicen que la vida sigue y hay que pasar página. Siempre mencionan que es ley de vida, pero cuando se quiere o se tiene aprecio a las personas, de ninguna manera es fácil conseguirlo. Que el cuerpo lo aguanta todo dicen también, parece un colchón, pero no es verdad. El dolor, la pena y la tristeza se pasa a la talega de los sufrimientos. Paco tenía 69 años y estaba pletórico, con un concepto de la vida y el trabajo poco común. En su día tomó la decisión de independizarse porque estaba harto de los consejos de administración. Había llevado la dirección de grandes e importantes empresas en Canarias y la Península y sus enormes conocimientos le permitieron crear la suya en Madrid, en una gran nave industrial con vivienda en la que producir aluminio en forma de ventanas y puertas, que le permitieron crecer con holgura. Llegó el bajón de la construcción pero subsistió. Ahora el proyecto de su padre lo lleva su hija Viridiana junto a su hermano. Paco tenía alguna patología previa, como todos los mortales, pero a él lo mató el covid. Patologías previas, un concepto inventado por los políticos para distraernos. Esta enfermedad ha sido un infortunio que nos ha tocado vivir, gracias a la vacuna, parece, y digo parece, todavía estamos en la fase del veremos. Confiemos en su erradicación. Para Sole e hijos todo el cariño y afecto de mi familia, lo único que puedo recomendarles es fe, paciencia y resignación.

Continúo con mi cruzada particular sobre la Diabetes, no estoy solo, somos perseverantes y el boca a boca ayuda a que nos llegue mucha más información. Bien es cierto que a veces a través de las redes sociales llegan mentiras descaradas y exageraciones, pero hay noticias de nuevos adelantos que parecen positivas. Un amigo médico me cuenta que él se pincha solamente una vez a la semana con un producto que se llama Ozempic. Hace días que persigo enconadamente información acerca de un médico de familia del estado de Arizona, que asegura erradicar la diabetes tipo 1 y tipo 2 a base de plantas medicinales. Ha escrito varios libros y es ya muy reconocido en Estados Unidos. Sus libros se venden como rosquillas, así que espero que me llegue y ver qué recomienda y aconseja para poder trasladarles a mis fieles lectores en casa y en la Península, amigos que me leen desde Barcelona, Madrid, Jaén y Roquetas del Mar en Almería.

Esta asesina silenciosa me dio un susto grande la semana pasada. Por eso mi comentario llegó tarde a la redacción. Sin que nadie le diera vela en este entierro, me atacó desaforadamente el ojo que ya tengo perdido, me hinchó el pie izquierdo por el tobillo y la subida de glucosa debió ser de aúpa, pues dos días después aún tenía 250 en ayunas. Ahora va bajando lentamente y he vuelto al control espartano con verduritas, ensaladas y poco más, cuanto más verde mejor. Es cierto que las caminatas en la cinta andadora me distrajeron algo del control alimentario. La medicación se cumple a raja tabla, pero no hay que bajar la guardia si se quiere seguir viviendo en esta actualidad de catástrofes, contratiempos y problemas. ¡Tengo que seguir con la calidad de vida! Eso dicen nuestros defensores asociados.

Me llegan también noticias de un endocrino de Barcelona, convencido de la prevención, alabando la actuación de la industria química y atacando a la alimentaria. Es un profesional pero disiento. CON DIOS.

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