La recuperación del volumen de pérdidas será largo y asimétrico, aunque también ofrecerá oportunidades en la redimensión de las cuotas de mercado y, por extensión, una posibilidad de arriesgarse para ganar.
Sabemos buscar una solución al paro, aumentando la capacidad empresarial a través de la mejora de la productividad, siempre que la oferta y la demanda del empleo se acerquen suficientemente mediante la inversión en infraestructuras, educación y cualificación permanente.
Cuando analizamos la recuperación post pandemia, desde ese punto de vista de la idiosincrasia del archipiélago, nos damos cuenta que Canarias no es una simple opción, es un privilegio para crecer competitivamente y aprovechar las oportunidades que brinda para consolidar el progreso de nuestras familias.
Para ello necesitamos de Europa como miembro leal de este proyecto que llamamos Canarias, dentro de unos parámetros dibujados entre la flexibilidad y la ponderación de su fiscalidad y su condición de paradigma europeo ultraperiférico.
Si no vemos más allá del horizonte, acabaremos descarrilando en una vía muerta.
