Me ha producido una sensación de orgullo el hecho de que los tinerfeños hayan acudido en masa al pabellón deportivo de la hamburguesa por la solidaridad y conciencia social de los tinerfeños, para recibir su vacuna para el Covid-19, soportando largas colas bajo un sol de justicia, en una visión mas real del compromiso social de la Isla mas allá de la falta de compromiso de unos pocos.

También es cierto que necesitamos más vacunas. Llegado el verano, a los jóvenes con síntomas leves les cuesta más cumplir con la cuarentena –de manera totalmente insolidaria e irresponsable– se hace necesario terminar la vacunación de manera rápida y eficiente.

Para ello, la CEOE firmó un convenio con el Gobierno de Canarias para que las empresas, las clínicas privadas y las mutuas se incorporen a la vacunación, bajo la supervisión del Servicio Canario de Salud, para lo cual podemos pedir más vacunas al Gobierno.

No se trata de compasión, ni tan siquiera de solidaridad o compromiso.

Se trata de gestionar esperanza.

Se trata de dejar atrás esta situación y caminemos hacia el futuro donde quedan asuntos importantes que dilucidar, como la deuda pública, el déficit presupuestario o la recuperación del empleo y la actividad económica.

Única salida al déficit de la seguridad social y de las pensiones, cuyas propuestas actuales de reducción o ampliación de la edad de jubilación han creado una sensación de angustia en toda una generación.