Hace unos años la prestigiosa firma Louis Vuitton presentó en París la nueva colección de relojes Tambour Horizon Watch. Cuatro modelos valorados en más de 5.000 euros para los acaudalados clientes que deseen planificar un día de shopping o un viaje alrededor del mundo, porque en esto del soporte material del capitalismo, eliges el estilo a tenor del color del billete. Los viajeros son la principal inspiración de la firma francesa para hacer más felices a los ricos. Así que, para los intrépidos aventureros, si lo que buscan es al aliado perfecto para cada andanza sin importar cuál sea el destino, solo deberán escoger la versión Tambour Horizon Watch que más se adapte a su forma de ser. Los riesgo del IBEX, ironizan los que saben. Mientras en París el champán corría entre modelos y miradas de monóculo fariseo, muy cerca, en Madrid, se presentaba una colección de moda muy especial dirigida a reporteros hispanohablantes que se adentren en zona de conflicto, catástrofes, protestas y cualquier otra situación que suponga riesgos para su integridad física. Muy poco glamur; solo había café y un proyector, sin embargo, se tendió una mano al oficio más hermoso del mundo. Se trata del Chaleco Digital, una aplicación móvil destinada a reforzar la seguridad y minimizar los riesgos de los periodistas sobre el terreno. Este proyecto de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que cuenta con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, proporciona al periodista diferentes modos de protección a través de la geolocalización y balizamiento; una autoencuesta de vulnerabilidad para conocer el grado de peligro y la naturaleza de la amenaza; y la activación por peligro inminente de un botón SOS. Es la alta costura del riesgo que hace algo más viable el ejercicio del periodismo en zonas de vulnerabilidad máxima. Los datos nos dicen que la situación no mejora. Con un total de 11 periodistas asesinados durante este año y más de 320 encarcelados, la lista de depredadores de la libertad de prensa se sigue incrementando. Así, un estudio de RSF expone a los 37 jefes de Estado o de gobierno que imponen una represión masiva contra la libertad de prensa por todo el planeta. El presidente sirio Bachar el Asad, el guía revolucionario iraní Ali Jamenei, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, o Daniel Ortega en Nicaragua, copan los primeros puestos de esta lista maldita. Para Europa del Este, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el bielorruso, Alexander Lukashenko, son sus máximos representantes con una carrera brillante en censurar y reprimir cualquier manifestación de libertad en la información. Tres de ellos son de África, la zona geográfica que ha proporcionado depredadores más longevos, como Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, de 79 años, que lleva gobernando en Guinea Ecuatorial desde 1979; el presidente de Eritrea, Isaías Afeworki, o Paul Kagame, presidente de Ruanda, que podrá permanecer en el poder hasta 2034. Tal y como refleja este interesante trabajo, Asia proporciona dos depredadoras, las primeras mujeres en la lista. Una de ellas, Carrie Lam, la jefa ejecutiva de la Región Administrativa Especial de Hong Kong desde 2017 a la sombra del presidente chino XI Jinping. Lam ha permitido la desaparición del principal diario independiente de Hong Kong, el Apple Daily, y al encarcelamiento de su fundador, Jimmy Lai. La segunda depredadora es Sheikh Hasina, que gobierna en Bangladesh desde 2009. Aprobó en 2018 una ley de seguridad digital que ha llevado a juicio a más de 70 periodistas y blogueros. La moda lleva la costura del riesgo.

@luisfeblesc