Con más de dos mil quinientos menores acogidos la capacidad de la administración canaria está desbordada. Vale. Pero es difícil hacerlo peor. En cuestión de muy poco tiempo nos hemos enterado de cosas que te ponen los pelos de punta. Demasiadas cosas.

Como los menores inmigrantes no caben en los centros públicos existentes en las islas, se han habilitado otras instalaciones, de forma temporal. Y la gestión del cuidado de los menores se ha contratado con terceros. Ambas cosas, hechas deprisa y corriendo, eran tierra abonada para el desastre.

La gestión de la fundación encargada del control del de Porto Bello, en Mogán, saltó a los medios de comunicación después de una denuncia anónima —luego se ha conocido al trabajador que la hizo— en la que se avisaba de abusos sexuales y agresiones cometidas contra algunos menores, a los que se obligaba a practicar la prostitución por parte de otros residentes, al parecer mayores de edad “camuflados”.

La Consejería de Asuntos Sociales reaccionó echando mano de manual: nosotros somos impecables, esto es una operación de desgaste de las fuerzas reaccionarias. Salieron en tromba asegurando que en el centro de menores “solo” se había detectado el consumo habitual de alcohol y drogas. O sea, lo propio de un sitio donde hay menores a cargo de la administración. Nada de lo que preocuparse, ¿no? Si no se ha violado a ningún chaval, da igual que estén colocados todo el día. Todo está dentro de la normalidad.

El problema es que sí. Que parece que sí hubo violencia contra algunos menores. La Fiscalía está en ello y ya veremos las plumas que van a perder algunos, algunas y algunes en este asunto. Pero es que, además, tenemos otro escándalo no menor. Una niña inmigrante de 9 años, filiada e identificada como sobrina de otra joven de 22 años que aseguró ser su tía. Las dos fueron acogidas en un centro de media estancia de Las Palmas de Gran Canaria, a cargo también de una ONG.

Un día aparece en el centro una pareja que asegura ser los padres de la niña, cosa que confirmó “su tía”. Y, asombrosamente, los responsables del centro permiten que los presuntos padres, la tía y la niña salgan “a dar una vueltita”. Fue un poco más larga de lo que se imaginaban porque acabó con la detención de los supuestos padres en el aeropuerto Los Rodeos, a donde habían llegado con la niña en un vuelo desde Gran Canaria, intentando enlazar con otro vuelo a Francia.

Son demasiadas chapuzas para que sea fruto de la casualidad. Alguien y algo está fallando en el área que era fundamental para el pacto de las flores, pero que se ha convertido en el agujero negro de su gestión.

Asuntos Sociales ha confirmado, en el Parlamento de Canarias, que la consejería dejó sin ejecutar cien mil euros que tenía consignados el año pasado en el programa de “integración social de inmigrantes”. Si en el peor año de la emigración les sobró dinero… apaga y vámonos. No hay mucho más que decir.

El recorte

Promesas y realidades. Los que dicen que los peces no tienen memoria no conocen a las viejas canarias, que te ven con un arpón en las manos, te echan una cagadita y desaparecen como un tiro de escopeta. La que no tiene es memoria es la gente. Esa que el año pasado escuchaba decir al presidente Angel Víctor Torres (23 de diciembre) que la intención del Gobierno era que en mayo o junio de este año tendríamos vacunados al 70% de los canarios. O sea, el mes pasado, que estábamos en el 34%. Empezamos sacando pecho con que íbamos a la cabeza de la vacunación de todas las comunidades, pero luego llegó la realidad y nos puso en nuestro sitio. Las vacunas las compra y las distribuye Madrid y aquí llega lo que llega. Y la marca que llega. “¿Hoy qué tienes para ponerme: AstraZeneca? Pues no. Nada de eso, pero hay Pfizer fresquita. Escríbeme un informe sanitario que diga que Pfizer es la mejor del mundo. Pero vete haciendo también otro para Janssen, que es la que vamos a tener disponible la próxima semana”. A estas alturas es bastante obvio que no llegaremos a finales de este julio con el 70% de la población inmunizada. Pero como la jodienda no tiene enmienda, el presidente Torres ha sacado pecho con un nuevo augurio: a finales de agosto tendremos vacunado al 80% de la población de canarias. Hasta ahora solo hemos vacunado con pauta completa al 35,9% de la población. No es que hayamos fracasado, es que hemos puesto las vacunas que nos han dado. Por eso se entiende tan mal esa manía política de anunciar objetivos triunfales cuando es obvio que no está en tu mano cumplirlos.