Los socialistas canarios llevan con los glúteos al aire desde que hace más de un año el Gobierno central, y más concretamente el Ministerio de Hacienda, comenzó a patear el REF, allá por mayo de 2020, cuando modificó el Impuesto de Sociedades, ampliando el límite de deducción a 10 millones de euros al resto de España. No se preocupen excesivamente por el trasero de sus señorías psocialistas, porque lo tienen tan duro como los músculos faciales. Ahí está el pequeño Héctor Gómez, elegido por el PSOE como su representante para distraer a los votantes, diciendo estupideces, y llamo estupideces a lo primero que se le ha ocurrido a este sujeto para negar lo obvio: que de nuevo se había incumplido el REF. Todavía el pasado viernes Gómez negaba que el REF se viera afectado por una moción, impulsada por los propios socialistas en el Senado, para aumentar la desgravación del Impuesto de Sociedades en las producciones cinematográficas, cortan así el diferencial del 80% establecido para estas actividades en el REF. Servidor, como muchos tiene firmes y razonables dudas de que Gómez tuviera rapajolera idea del asunto. El diputado leyó las reacciones de CC y Nueva Canarias y se puso en contacto con sus compañeros de la Cámara Alta y de ahí salió esa carta de la presidenta del Senado al presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, informándole que quedaba a la espera del informe preceptivo (obligatorio, aunque no vinculante) de la Cámara regional. En medio de este ruin despropósito se le pide ahora al parlamento y a su presidente que elabore un informe a toda velocidad. Todo esto es una patujada indecorosa y, al mismo tiempo, en efecto, una agresión indebida al Régimen Económico y Fiscal de Canarias. Por si todavía queda algún sonado en la sala, cabría insistir por penúltima vez que el REF no es un artefacto inventado por los ricos y sus marionetas políticas para su exclusivo beneficio, sino el más potente instrumento normativo -después del Estatuto de Autonomía- con el que cuenta Canarias para encontrar su propia vía de desarrollo y poder mantener numerosas actividades económicas. Es imposible ver a la izquierda del País Vasco – empezando por la más importante, la izquierda independentista – rechazando o despreciando activamente el concierto económico. Aquí, extrañamente, la izquierda, incluso el centroizquierda psocialista, demuestra una actitud de hostil indiferencia frente al REF. Si le sumamos a eso la vocación sucursalista que desgraciadamente han adoptado los socialistas canarios –y que podían haber evitado en el pasado perfectamente: cuántas oportunidades han desaprovechado – una situación como la actual no deja de ser perfectamente plausible.

El PSOE no conseguirá que se apruebe un informe positivo a la iniciativa a punto de sancionarse en el Senado, porque se necesitan los dos tercios del Parlamento y tanto Coalición Canaria, como Nueva Canarias votarán en contra, con el muy probable agregado del PP, la Agrupación Socialista Gomera y Ciudadanos. Ángel Víctor Torres y sus compañeros atravesarán en solitario esta crisis y lo que no ocurrió con la televisión canaria – la división del voto de los socios gubernamentales – lo conseguirá la hastiante y enmadrileñada insensibilidad del PSOE, la ineptitud de Gómez, la vieja inercia de confiar más en los ministros, sus chequeras y sus sonrisas de mermelada que en las normas, en las leyes, en el acervo jurídico duramente bregado por los isleños de todos los partidos durante décadas desde el tardofranquismo hasta la problemática actualidad. No aprenden. No aprendemos. Y no nos aprenden. Y eso que es bastante sencillo. Basta con saberse la ley, respetar su letra y su espíritu, asumir lo firmado y evitar las babas lacayunas que caen como un tóxico sobre la tierra de tu país.