Ayer el Gobierno de Canarias, reunido en Consejo extraordinario, aprobó por fin el esperado decreto ley sobre los criterios para el reparto de los 1.144 millones, que los empresarios venían reclamando desde que el otro Gobierno -el de España- hizo lo propio en marzo.

La consejeria de Hacienda se lo ha tomado con calma, pero esta vez por lo menos no se han olvidado de incluir sectores empresariales, como ocurrió con el anterior decreto , que dejaron fuera a más de treinta actividades profesionales, como economistas y abogados, pero incorporaron fabricación de armas, aeronaves y material para ferrocarriles. Fue en aquel chapucero decreto por casi 85 millones en ayudas, del que el Gobierno -según la última cifra ofrecida por Casimiro Curbelo, que no es miembro del Ejecutivo- solo se han pagado hasta ahora 22 millones. Con algo de cachondeo, la ex consejera Rosa Dávila decía el otro día que al Gobierno regional se le habían atragantado los 84 millones de marras... y algunos nos preguntamos qué clase de indigestión pueden llegar a cogerse cuando tengan que digerir el reparto de 1.144 millones...

Aunque se haya incorporado a todos los sectores, excepto el financiero, eso tampoco significa que llueva al gusto de todos: el alquiler vacacional se queja de que a ellos se les ningunea, no se les atiende, ni se les recibe, y ha dicho su portavoz Doris Borrego, que hay 30.000 familias que explotaban viviendas en el sector turístico y que se han quedado colgando de la brocha, sin que nadie se acuerde de ellas. Ayer le contestaba el presidente Torres explicando que a las ayudas podrán presentarse todas las empresas y autónomos con pérdidas superiores en un 30 por ciento a las del año anterior, incluyendo las empresas de alquiler vacacional. Y Borrego se quejaba de que el alquiler vacacional no se gestiona en la mayor parte de los casos desde la actividad como autónomo o la gestión empresarial. Los propietarios de vivienda vacacional en Canarias vienen a ser como los OVNIS esos que en USA han vuelto a ponerse de moda: la Administracion sabe que están por todas partes, pero nadie se atreve a explicar qué son exactamente: ¿Una actividad económica pendiente de regular? ¿Una renta que tributa por IRPF? Un misterio digno del informe que Biden ha encargado al Pentágono.

En la reunión de Román Rodríguez el miércoles con las patronales turísticas de todas las islas no se les invitó, ni se habló del asunto. Andaban los empresarios más preocupados y pendientes de lo que vaya a ocurrir con las ayudas al IBI, que siguen sin ponerse en marcha, y que al final, según Hacienda, es mejor que sigan en el limbo, porque si se hubieran adjudicado las empresas habrían tenido dificultades legales para sumar a esas ayudas las aprobadas ayer. Quizá por eso se ha decidido detraer del dinero del IBI hasta quince millones para el bono turístico, aunque ahora parece que no son todos para el bono, solo diez, van improvisando. El bono es una ‘estupenda’ idea para que a los que puedan permitirse unas vacaciones en Canarias les salga por la mitad. Es la misma exacta idea que hace un par de semanas, le fue rechazada al PP en el Parlamento, y en Podemos se escandalizaron muchísimo, y el Gobierno votó en contra.

En fin, que la reunión de Hacienda y Turismo con el sector dio para varios lances. Pero el más comentado fueron las reiteradas intervenciones de Román Rodríguez preguntando a su viceconsejero, Fermín Delgado, cada vez que algún empresario ponía una cuestión sobre la mesa: “¿Esto se puede hacer Fermín...?”

El propio Román lo explicó después “yo de esto no entiendo, lo mío es la política y hablar a los periodistas”. Pues eso: al final se hará lo que diga Fermín, que es el que se ocupa de la cocina. Román sirve los platos.