El domingo nos llenó de tristeza la noticia del adiós de Carmelo Jorge. Nos dejó no solo un gran compañero, sino un gran amigo. Fue el Secretario General de CC.OO. en Canarias, Chencho Tosco, quien me trasladó la triste noticia. Él sabía lo que nos unía: “Fitas, Carmelo Jorge se nos ha ido”, me dijo. Toda la alegría de ver a mi Atleti campeón se convirtió en una profunda tristeza. Carmelo nos ha dejado. La vida no es nada democrática a la hora de elegir el momento que los grandes nos abandonan.

No solo nos unía la pasión por la vida sindical y el firme compromiso en la defensa de los derechos de los/as trabajadores/as, sino también nuestro Atleti... Y por las noticias que me llegan no te fuiste con la alegría que por fín nos dio nuestro Atletico de Madrid campeón de Liga.

Nos conocimos desde mis primeros pasos en el mundo sindical y siempre fuiste un referente, junto a los compañeros Javier González y Manolo Izquierdo, y fiel a tus principios; leal a tus Comisiones Obreras, con la que luchaste para evitar que los intereses personales de algunos rompieran tus CC.OO., y estuviste con nosotros peleando hasta el final para evitar la fractura durante dos largos años de 2013 a 2015, en la lucha de “los Rebeldes de CCOO Canarias”. Juntos fuimos capaces de ganar al aparato confederal el Congreso de CC.OO. Canarias de 2015 y estuviste a nuestro lado cuando la dirección del sindicato firmó, traicionando a sus propios principios, el Convenio de Hostelería de 2015. Eso sí, con el rechazo unánime de sus bases. Algo que era más que una evidencia: estaban primero los intereses del sindicato que los de los/as trabajadores/as, a los/as que se les impuso injustos recortes. Lo más grave es que eso ocurrió sin la más mínima consulta a los/as afiliados/as y delegados/as del sindicato. No lo conseguiste. Se rompieron tus Comisiones Obreras Canarias y nació Sindicalistas de Base, a las que siempre consideraste un referente sindical, cuando tus Comisiones Obreras perdían cada día los principios por lo que tanto habías luchado, ya que para nosotros seguías siendo un referente, un maestro. Siempre estuviste con nosostros/as, pero siempre lo dejaste claro: morirías con tu carnet de CC.OO. en la cartera. Y así ha sido.

Hoy toda la clase trabajadora está de luto; todos estamos tristes. Se nos ha ido una gran persona, un gran luchador, un referente sindical. Amigo. Dejas un vacío que será difícil de cubrir, y personalmente tardaré mucho tiempo en recuperarme de tu pérdida. Nunca te olvidaremos. Hasta siempre, compañero. Hasta siempre, amigo. Hasta siempre, Carmelo.