Como decían los viejos, cada vez que mean piensan. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han aprobado el uso de la vacuna de una sola dosis de Janssen para personas menores de 60 años. Y suma y sigue. Desde que empezó la campaña de vacunación quien se haya molestado en seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias habrá observado los sorprendentes cambios de criterio que se seguían de una semana a otra. El suministro de AstraZeneca ha pasado prácticamente por diferentes tramos de edad, cambiando de una semana a la otra en una serie de delirantes decisiones que es prácticamente imposible de reproducir. A día de hoy no se sabe qué se va a hacer con los menores de 60 que recibieron la primera dosis. Porque al final, después de incontables bandazos y cambios de criterio, se decidió que se pincharía con AstraZeneca solamente a los mayores de 60 años. Como el suministro de esta marca no parece estar asegurado, a partir de este momento vamos a asistir a una poderosa campaña de publicidad positiva de las vacunas que utiliza “la novedosa tecnología del ARN mensajero”. O sea, Pfizer y Moderna. Porque a pesar de que nos dicen que hay suficientes dosis de AstraZeneca para completar las pautas de vacunación y que además hay más de 300 millones de dosis comprometidas por la farmacéutica, mucho me temo que el asunto huele a carbonilla. Los ya pinchados con una primera dosis, crucen los dedos y súbanse la mascarilla.