Las imágenes de las concentraciones del sábado con gente amontonada celebrando el final del estado de alarma han generado polémica. Ahora toca esperar unos días para saber si aquellas fiestas improvisadas se convertirán en repuntes de contagios.

Los peregrinos de la peste negra

Impresionados por aquel episodio, ha pasado desapercibido que en la India los epidemiólogos han señalado como una de las razones del descontrol de la pandemia la celebración, a principios de abril, del Kumbh Mela. Esta fiesta hinduista consiste en una peregrinación masiva que culmina con el baño en el río Ganges como acto ritual. A pesar de las advertencias de las autoridades, que habían hecho llamadas a la prudencia, cientos de miles de personas se reunieron sin ningún tipo de precaución.

En la Europa medieval, cuando estalló la epidemia de la Peste Negra, la religión también tuvo un papel destacado en la transmisión de la enfermedad. Los primeros focos aparecieron en Asia y se fue propagando a lo largo de la Ruta de la Seda. En 1343 ya había llegado a la península de Crimea y, entre el 1346 y el 1353 arrasó Europa, provocando la muerte de entre el 30% y el 50% de la población.

La principal razón de su rápida expansión fue el comercio. Ahora bien, un estudio realizado en 2017 por los investigadores del CSIC José María Gómez y Miguel Verdú, y publicado en la revista Scientific Report, fue más allá. Gracias a un modelo de simulación matemática, analizaron 1.311 asentamientos humanos y 2.084 puntos de conexión de Asia, Europa y el Norte de África para comprobar cómo se diseminó la peste. Se dieron cuenta de que las ciudades que actuaban como nodos centrales de las redes de comunicación eran las más vulnerables y también las más propensas a sufrir rebrotes. En este sentido, el estudio pone de relieve el impacto que tuvo en grandes capitales como París y en ciudades portuarias como Londres o Barcelona, que durante la época medieval era una de las principales potencias navales del Mediterráneo Occidental. Además, al ser concentraciones urbanas con mucha actividad comercial también eran las más densamente pobladas y ya sabemos cómo gusta esto a las enfermedades infecciosas.

Ahora bien, el trabajo de Gómez y Verdú también puso de relieve que un tercio de las localidades, concretamente 403, formaban parte de alguna ruta de peregrinación y que, aunque en menor medida que el comercio, los viajeros que visitaban los lugares sagrados también se convirtieron en vectores de transmisión.

Hay que tener en cuenta que durante la Edad Media muchos cristianos se desplazaban para ir a orar a lugares donde había reliquias o tumbas de santos. Solían moverse a pie e iban haciendo paradas a lo largo del trayecto. Cualquier persona que haya hecho el Camino de Santiago sabe de qué estamos hablando. De hecho, el mapa elaborado por los miembros del CSIC fruto de la investigación, demuestra que el trayecto hasta Galicia a lo largo de todo el litoral cantábrico fue una de las áreas donde más daño hizo aquella epidemia, ya que era muy concurrida por creyentes venidos tanto de la península como de otras partes de Europa.

Impresiona leer en 2021 lo que escribieron estos científicos tan solo hace cuatro años, donde especulaban con una proyección a futuro de su investigación. Apuntaban que su trabajo podía ser útil para prevenir y contener hipotéticas pandemias que se declararan. Según ellos era de vital importancia controlar las redes de transporte y mitigar la vulnerabilidad de los nodos de conexión.

De hecho, el recorrido que ha seguido el covid-19 tiene ciertas similitudes con el de la peste medieval. La diferencia sobre todo está en la escala de los hechos. El mundo ahora es más global y todo va más rápido. En contrapartida, sin embargo, se ha combatido mucho mejor la situación actual que ninguna otra crisis sanitaria del pasado. Nunca tantas personas habían trabajado juntas con un solo objetivo y, en un tiempo récord, se han encontrado las maneras de combatir un virus que, pese a estar contra las cuerdas, aun no está derrotado del todo. Dentro de una semana sabremos si le hemos dado aire para que siga campando a sus anchas un temporada más.