Hay expresiones intensas. Sí, las mismas que son la puesta en escena de la hipocresía y el gesto que se mueve sin fondo, ni forma. A diario, junto al aspecto de lo ordinario, vemos los movimientos de las personas que dicen querernos. ¿Pero en realidad nos quieren? Todo lo que se dice de forma inmediata (opinión subjetiva) no pasa de ser algo superficial... Me despierta curiosidad ver que a día de hoy queremos a todo el mundo. Creo, que para revestir el corazón de cariño, lo primero es el conocimiento. No, no podemos darle un aspecto tan vulgar a los afectos y decirle «te quiero» a todos los que pasan por nuestro lado. O por nuestras redes sociales.

A día de hoy, visto lo visto, todo lo próximo nos incita a amar. Da igual que el destino de la proximidad sea efímero; donde en otras épocas se echaba corazón, ahora se echan palabras. Creo que vivimos una época en la que todo se está desintegrando. Lo normal está perdiendo soberanía y cada día tenemos que ver cosas más absurdas. Las consecuentes de tantos te quieros absurdos son evidentes; el amor es una travesía constante, no distingue tiempos y siempre está a disposición del afecto. Hay cosas que son la explicación cruel de la paradoja; pienso que algún día volveremos a ser la herencia de nuestros antepasados y recuperaremos el estado místico. Sí, el mismo que reprende a la estupidez con inteligencia.