Uno de los problemas a los que se enfrentan padres, profesores y alumnos es, entre otras cosas, la brecha generacional. Cuántas veces una madre o incluso un profesor no entienden qué es lo que hacen sus hijos cuando se pasan tantas horas conectados a Internet y, por supuesto, que los resultados no pueden ser nada buenos.

Pues quizás los esports y en concreto la Liga IESports que se celebra entre Centros Educativos e institutos de toda España, es un elemento que ha venido a reducir, en cierto modo, esta brecha y por lo tanto es una parte muy interesante de esta competición. Muchos padres no comprenden que su hijo esté en un equipo de esports, y que eso sea como los clásicos equipos de deportes convencionales. Si tu hijo está en el equipo de “futbito”, es normal. Si está en el equipo de LoL, es un friki y un vago (y posiblemente no se lo cuentes a tus amigotes en el bar). De hecho, los docentes más adultos tampoco lo tienen muy claro.

Por eso, esta liga da una enorme visibilidad a este tipo de actividades. El año pasado, durante la final en La Vaguada, los padres y madres de los jugadores estaban ahí, animando. La propia directora de mi centro está interesada en «cómo van los chicos», y se están planteando hacer una retransmisión en el salón de actos (COVID mediante) si los equipos del centro van pasando rondas.

Otro de los beneficios que está también aportando la Liga IEsports es la difusión entre los alumnos de una serie de valores a partir de la competición, como por ejemplo, el trabajo en equipo, la integración o el respeto, que son fundamentales. Si tenéis la oportunidad de poder ver sus partidos en directo, os lo recomiendo. El compromiso, silencio y la forma de dar órdenes y acatarlas, son valores que se desarrollan a través de los videojuegos y que deben primar y funcionar como un engranaje. Desde luego, estoy completamente seguro de que lo que se ve en estas partidas no tiene nada que ver con lo que la gente esperaría de un puñado de adolescentes jugando a videojuegos.

Y por supuesto, el respeto es obligatorio. Ya les he dicho que no quiero ni una llamada de atención por faltar a un rival, pero... en serio... no sé para qué lo hago... Entienden las reglas, las acatan, juegan y ganan/pierden porque han sido mejores/peores que los rivales. No he visto ‘nunca’ un insulto, y sí muchos «profe, nos han pasado por encima, pero es que eran muy buenos...»

La verdad es que los chicos también se aprovechan de la situación (risas). Una madre me llamó diciendo que su hijo le había reclamado el nuevo iPhone «porque lo había mandado el profe de tecnología para jugar en un equipo». También me ha tocado llamar a padres a explicarles que sí, que su hijo no miente, que es un equipo de un videojuego en una competición seria, representando al instituto. La verdad es que poco a poco los padres van viendo esto como algo normal.

IESports también sirve como herramienta de trabajo y de motivación en el aula. He visto entre los alumnos una gran motivación, y la realidad es que esta situación me ha sorprendido hasta a mi. Son muchos los alumnos que practican estos esports, y cuando van ganando, y les das la enhorabuena en clase, observamos cómo hay un respeto y admiración hacia ellos. Ya no son los frikis. Ahora están ganando en “nosequé” competición, pero son vistos con admiración.

Todos estos elementos son factores que nos ayudan a empatizar y mejorar las relaciones con nuestros alumnos y a mejorar los vínculos que establecemos con ellos y con sus padres, algo importante en el entorno educativo en el que nos movemos.