Un buen amigo, excelente profesional, periodista, pensador y analista, muy conocido en nuestra tierra, me envió un WhatsApp, donde me remitía un estudio de un Instituto de mucho prestigio en nuestro país, dedicado a la investigación internacional y estratégica, que analiza el mundo desde la perspectiva española. Dicho documento se refiere al Plan de Infraestructuras del presidente norteamericano Joe Biden. En el mensaje mencionado que me dirigió, puso textualmente, “la frase inicial de Kennedy me parece muy aplicable a lo que defiendes desde hace años” y cuando la leí que, por cierto, la desconocía, me sentí muy identificado, porque es una lucha que llevo manteniendo hace décadas en Tenerife, siendo un verdadero martillo pilón, que no va a ceder hasta conseguir lo que necesita y se merece nuestra Isla. La referida frase del recordado presidente John F. Kennedy dice, “no ha sido nuestra riqueza la que ha construido nuestras carreteras, sino nuestras carreteras las que han construido nuestra riqueza”. Es un resumen perfecto del significado estratégico, para el crecimiento económico y el desarrollo social que aportan las carreteras.

Nuestra Isla continúa atascada, colapsada e inmovilizada, dividida en tres zonas comarcales, norte, sur y metropolitana, tristemente separadas, viviendo de espaldas, por no contar con una conexión cierta, directa, rápida, segura y sostenible. Contamos con una red viaria, obsoleta, descuidada, mal conservada, escasa, peor planificada y nunca ejecutada. Hace unos años, en la anterior legislatura, desde el Cabildo, se culpabilizaba a la Universidad de La Laguna de los atascos en la TF-5, porque algunas cabezas, que se creían pensantes, decían que cada estudiante iba en un coche y que eso provocaba un tapón en La Laguna, por lo que era oportuno cambiar los horarios de comienzo de las clases y compartir los vehículos. Esa era la solución que aportaban, por cierto, muy pobre, fuera de lugar. Desde Fepeco, siempre dijimos que ahí no estaba el problema, que lo que pasaba es que teníamos una estructura viaria en el norte insuficiente, para el parque móvil que se mueve por la zona, sobre todo, en dirección a la capital. Los hechos nos han dado la razón, ahora la Institución universitaria trabaja principalmente en línea, es decir, por internet, por lo que la afluencia es mínima a las instalaciones, tanto de profesores como de estudiantes. Pero en cambio, seguimos sufriendo todos los días las colas a primera hora desde el norte hacia la zona metropolitana. El motivo no es otro que no hay carreteras para tanto vehículo, eso pasa ahora y pasaba desde hace tres décadas, sin saber encontrar la solución, por mucho que se les ha dicho a los distintos responsables públicos, que pasa por actualizar, modernizar y ejecutar obras, para desbloquear y dar la fluidez viaria necesaria. Otro ejemplo paradigmático es lo que pasa en el sur. Desgraciadamente la zona está sufriendo una paralización casi total de su actividad económica, por las consecuencias que la crisis sanitaria ha traído sobre el turismo y la movilidad internacional. Con casi todo cerrado, se producen los colapsos viarios, también casi todos los días, en la zona de Las Chafiras. Lo que vuelve a demostrar que no son cuestiones puntuales lo que producen las colas en nuestra isla, sino la falta de carreteras suficientes. Es una realidad incuestionable, tolerada estoicamente por miles de ciudadanos y mal digerida por el sistema económico, que ve afectada directamente su productividad por esta carencia básica.

He tenido la oportunidad de escuchar muchas veces a Juan Lazcano, que ha sido presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, decir insistentemente, que las carreteras son un servicio público, que funcionan las 24 horas, los 365 días del año, para vertebrar y enriquecer económica o socialmente cualquier territorio. Donde se construyen se progresa.