Sanidad ha administrado en Canarias 315.000 dosis de vacunas, inmunizando a casi 110.000 personas con las dos dosis, poco más del ocho por ciento de la población que debe ser vacunada. Esos son los resultados de los tres primeros meses de vacunación, unos resultados que –no siendo de los peores de España, están cerca de la media- no nos acercan ni de lejos a las previsiones y expectativas de los gobiernos de Canarias y nacional. A pesar de que los datos del país no son buenos, como tampoco lo son los de Europa, la ministra Darias sigue repitiendo como un mantra que España cumplirá con el objetivo de tener vacunada al 70 por ciento de su población este verano (aunque ahora ha puntualizado que la fecha incluye hasta el 21 de septiembre, antes de que empiece oficialmente el otoño). Darias asegura que será así porque ya están llegando con regularidad las dosis comprometidas, y que si llegan las previstas y a tiempo, el objetivo se cumplirá en junio.

Ya saben que yo no soy de ciencias, pero a mí las cuentas no me salen: ayer llegaron a España algo más de un millón de dosis de AstraZeneca (algo más de medio millón de vacunaciones completas), y el pasado lunes otro millón de unidades de Pfizer y Moderna (otro medio millón), y el próximo lunes está previsto que llegue un nuevo envío de Pfizer con 1,2 millones de vacunas (600.000 vacunaciones completas). Eso suman 1,6 millones de vacunaciones con las dos dosis… ¿Es suficiente para asegurar el ritmo de vacunación? A fecha de ayer, de 10.362.000 dosis recibidas, se habían administrado en España 8.342.000 dosis, con 2.797.000 vacunaciones completadas. Un porcentaje muy similar al de inmunizados en Canarias. Muy lejos de las cifras comprometidas, aunque es verdad que Bruselas también calcula que ya a finales de junio, el 60 por ciento de la población adulta habrá sido completamente vacunada en Alemania, Francia, Italia y España, los cuatro países de la Unión más poblados.

¿Se cumplirán los pronósticos favorables? Nadie quiere dar su brazo a torcer, a pesar del fiasco en la producción de Astra-Zeneca. Y no se trata de ser agoreros, pero las cifras actuales son claramente desalentadoras: el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades calcula que sólo un 5,7 por ciento de la población de la Unión ha recibido las dos dosis y está ya inmunizada, muy lejos de lo que ocurre en países como EE UU –con la mitad de la población ya vacunada- o Reino Unido, con cerca del treinta por ciento, o incluso países como Chile o Marruecos, en los que al menos el 20 por ciento de su población ha recibido ya acceso a la primera dosis, frente a la media europea, que apenas supera el 13 por ciento.

La Unión ha cerrado el primer trimestre de vacunación sin conseguir ninguno de sus objetivos anunciados. Se esperaba cerrar el trimestre habiendo inmunizado al 80 por ciento de los mayores de 80 años y del personal sanitario, pero el resultado está muy alejado de esa previsión: apenas se ha logrado inmunizar al 27 por ciento de los mayores de 80, y a menos de la mitad de los sanitarios, y la pandemia parece desbocada en el continente, a pesar de las medidas extraordinarias decretadas por el avance de las cepa británica –ya mayoritaria en muchos países- y por la mayor movilidad que se producirá esta Semana Santa: la semana anterior se registraron más de un millón y medio de nuevos contagios en la UE (un millón hace cinco semanas) y 24.000 nuevos fallecimientos, otro triste record en la historia de pandemia. Habrá que cruzar los dedos y consolarnos pensando que no estamos ante un problema español. Y esperar que la Unión –aunque sea con retraso- acabe resolviéndolo.