Leí hace unos días una entrevista al consejero delegado de Disa Retail, Bernabé Rodríguez Pastrana, en el periódico EL DIA, que viene a poner sobre la mesa el interiorismo de la política de los combustibles en Canarias y las razones del elevado precio que se aplica en las islas occidentales, o ahora llamadas verdes, posiblemente por eso del color en sus montes y en sus campos en invierno.

Tengo que reconocer la valentía del responsable de DISA en Canarias a la hora de dar la cara destripando este grave problema que sufrimos los canarios periféricos del occidente, y no ahora sino desde hace años. Algo que no es nuevo, pero que se ha agravado últimamente. Cada lunes por la noche, de regreso a casa, y antes de cerrar la estación, “los ojos se me ponen como chopas” al ver en el marcador de precios cómo todos los combustibles sobrepasan cada vez más el euro y raro es que baje por lo que esa leyenda de que todo lo que sube baja es una quimera, aquí siempre sube, e ir al ‘surtidor’, como así le siguen llamando, es un acto de penitencia.

Sin embargo, sí me cabrean las manifestaciones del responsable de DISA en Canarias respecto a ese paternalismo arcaico con el que siempre nos han tratado desde las capitalinas, y en concreto esa frase retórica que suelen usar muchos políticos y directivos de empresas a la hora de referirse a la periferia: “estamos aquí por compromiso social”. Sin acritud hacia ellos, este tipo de afirmaciones me retrotrae a tiempos pretéritos y afortunadamente pasados, en que se nos nombró por el régimen Isla Adoptiva para enviarnos inversiones que nunca llegaron, porque se quedaban en las capitalinas.

No se concebiría ningún criterio empresarial compasivo en el que se pierda o se deje de ganar por compromiso social, sí existe, aunque tengo mis dudas, es en el ámbito público, donde nuestros impuestos sirven para paliar en parte los sobrecostos de la doble o triple insularidad y la consiguiente carencia de servicios; por lo tanto, no todo es regalado o subvencionado. Yo diría que DISA ha estado en El Hierro durante muchos años como única operadora porque nunca ha perdido, en todo caso sus sobrecostes se los ha pagado lo público en algún momento, y en los últimos tiempos los estamos pagando nosotros de nuestra cuenta corriente llenando nuestros depósitos a un 25% más, porque a nadie se le escapa que llenar un depósito de 60 litros de cualquier combustible en Tenerife o hacerlo en El Hierro, es tener que soltar 20 euros de nada. También, y aunque no se dice por parte de DISA, el mantenimiento empresarial en El Hierro obedece también a una decisión estratégica de posicionamiento empresarial, lo que le permite negociar en mejores condiciones de tranquilidad su política de precios, que pueden ser criticables y discutibles, pero nunca renunciables porque, o llenas aquí, o paras tu actividad.

Nadie con el mínimo sentido común puede pensar que compañías aéreas como Binter, marítimas como Armas-Trasmediterránea, eléctricas como Endesa, tecnológicas como Movistar o Vodafone, están en esta isla por un compromiso social, lo pudieron estar cuando eran estatales, pero después de que salieron en Bolsa lo hacen por rentabilidad, aunque nunca comenten que exista alguna que otra subvención a engrosar su cuenta de resultados.

Salvo estos peros, la explicación de Rodríguez Pastrana deja entrever la desidia de todos los gobiernos canarios que nos precedieron, porque como no les afectaban a ellos directamente nunca abordaron con interés y valentía el tema de los combustibles. Yo que me considero primero canario y después insularista estoy viendo, palpando y sufriendo cada vez más esa política piramidal centralista de arriba para abajo: Europa, Estado y Gobierno de Canarias en muchos aspectos. Pregonan soluciones para la España Vaciada sin dar alternativas a los problemas del medio rural, por el contrario, y al no dar respuestas al déficit estructural, fomentan el éxodo a la ciudad en todos los aspectos que entorpecen el desarrollo de los territorios: transporte, sanidad, educación, brecha digital, entre otros.

Centrándonos de nuevo en el tema de los combustibles, el consejero delegado de DISA Retail ofrece interesantes datos y pone el dedo en la llaga que nadie ha querido curar y cerrar como el desinterés de otras suministradoras por la escasa demanda, la inexistencia de subvenciones al transporte, o la liberalización del mercado de los combustibles. Además, como dato más trascendental añade que el sobrecosto viene originado por la necesidad de contar con una factoría en la que almacenar el combustible y poder contar con un stock mínimo. Lo que nadie sabe es si sobrecostos planteados e impuestos responden a la realidad, o por el contrario, y como bien dice el dicho, el papel aguanta lo que le echen y pagas lo que te pidan.

Por lo tanto, queda medianamente claro dónde está el problema de la carestía del combustible en estas islas, sobre todo en el almacenamiento, y que la competencia por si sola puede ser un diagnóstico equivocado que no representa la curación de esta afección que grava nuestra condición de territorio aislado. Podría poner muchos ejemplos del sobrecosto que representa vivir en territorios no continentales o en islas no capitalinas. No descubro nada nuevo si les digo que podemos viajar entre Canarias, en un avión o en barco, porque disfrutamos como residentes canarios de un 75% de descuento, pero sus beneficiarios no dependen de la procedencia de la isla, todos somos canarios a la hora de viajar, sin embargo y para contemplar el hecho diferencial de isla periférica, El Hierro ha tenido que luchar para establecer figuras específicas como la de la Obligación de Servicio Público (OSP), que permitan el sostenimiento de servicios que pudiesen resultar deficitarios. Tampoco tendríamos vuelos directos con Gran Canaria, y eso que el sector de las comunicaciones aéreas y marítimas puede beneficiarse de la ley de la oferta y la demanda, cuestión que en el caso de los combustibles no se da, porque la demanda es la misma y en el caso de más suministradores, lo único que harían es repartirse la misma tarta, una cuota que incluso en un futuro irá a menos con la implantación del vehículo eléctrico.

Queda claro que la solución definitiva para los sobrecostes del combustible en El Hierro, en La Gomera y en La Palma pasa por convencer a Europa de que los combustibles en territorios ultraperiféricos deben ser catalogados esenciales y ser considerados como una obligación de servicio público. Nos dirán que el futuro está en las energías renovables, pero de aquí a allá queda un largo camino, y entonces tendrán que convencerles que mientras tanto el precio de los combustibles en las islas periféricas es una pandemia más que afecta a la salud económica de herreños, gomeros y palmeros; que nos resta economía, que nos quita movilidad y que nos confina a ser ciudadanos marginados. Mientras llega esta solución, y dentro de la legalidad, tendrán que hacer algún tipo de algoritmo en rebaja de impuestos o deducciones económicas para que los periféricos podamos mover nuestros vehículos en igualdad de condiciones, porque de no hacerlo pronto, se nos va a colapsar el motor de los vehículos.

Esto último se hace no con comparecencias, declaraciones, manifiestos o pataletas, sino con proposiciones de Ley, en primera instancia en el Parlamento de Canarias, y si no lo entienden con palabras sus señorías, se podría hacer a ‘toque de silbo’ para que Madrid o Bruselas lo entienda.