Hay cosas que se imponen sobre nosotros y acaban siendo la destrucción total del hombre. Tengo la sensación de vivir en un mundo indiferente y lejano. A día de hoy todo es alusión pobre de humanidad; sí, la misma que sin conexión a internet se queda en nada. ¿Dónde quedó la vida que determinaba la influencia de lo no perecedero? Evidentemente, la humanidad, ha simplificado muchos planos, y a medida que la cosa avanza todo se vuelve invisible y efímero. Mal asunto, señores, mal asunto; ver que se han alternado tantos valores y se han descubierto “otros”. Es alucinante ver que desde que amanecemos solo nos importa tener Wifi y perder el tiempo en la nada. Ya, ya lo sé qué para muchos personas, las aplicaciones de internet son su todo, pero bueno (sonrío) el adormilamiento es una cosa particular y debe ser respetado Lo que para unos es su vida, para otros es la revelación de una obsesión. Todos podemos ser el personaje excesivamente culto que busca reponer el ánimo en Facebook o Twitter. Y decorar el espectáculo con excesiva simpatía. Estamos llamados a la agitación y a la hora de llevarlo a escena se ven los detalles de aquello que proclamamos y con sonora intensidad. Es el momento de trabajar en lo alterado y recuperar el estilo de la vida de antes. Sí, es el momento de entender, que la complicidad se gana con la cercanía, los afectos con la presencia, y el amor con el corazón. ¡A la mierda el Wifi!