El mes de marzo quedará grabado en nuestras retinas como el mes de la mujer, aunque esto último sea una cuestión simbólica, ya que la igualdad real debe ser todos los meses del año. Pero marzo, en especial, es un mes para manifestar aún más si cabe la igualdad entre los géneros, ya que no se presenta solo como un Derecho Humano fundamental, sino que precisa de la necesidad de materializarse como un hecho en acto, esencial, para estructurar una sociedad más justa y equitativa. Según datos de la ONU, una de cada cinco mujeres afirma haber sido víctima de la violencia física o sexual dentro del ámbito doméstico. En la actualidad, servicios básicos como el acceso a una educación, a una atención médica, a un trabajo decente o la representación en las decisiones políticas, sociales, culturales y económicas de los diferentes países no es un derecho universal, a pesar de estar recogido en la Carta de Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una cuestión pendiente, entre otras muchas, a la hora de reformarla. Es por ello por lo que se torna básico impulsar la igualdad de las mujeres y de las niñas, por medio de la sociedad y de la humanidad, en su conjunto, para beneficiar en ese proceso y que asuman los desafíos e implicaciones que nos depara el nuevo siglo. Es una cuestión de justicia y de razón defender la Igualdad de Género entre la ciudadanía. Derribar las fronteras establecidas en los diferentes ámbitos donde se desarrolla la ciudadanía. Luchar en contra de la desigualdad en el plano laboral; en las conductas machistas en la vida cotidiana, con los micro-machismos; en el deporte, en la publicidad, así como con la cosificación de la mujer. Es crucial para alcanzar la igualdad real y efectiva.

Naciones Unidas tiene como eje prioritario centrar su labor en el desarrollo mundial en los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), creados recientemente y en los que las mujeres ocupan un papel indispensable. Estas prioridades tienen por finalidad el reconocimiento de la igualdad y del empoderamiento de la mujer como un factor inherente, de cohesión social y como parte de la respuesta ante la injusticia y la discriminación. El Objetivo Cinco del ODS es claro: «Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas». Y se lo conoce como el objetivo de género en sí mismo, puesto que su prioridad es alcanzar esos fines. Que no son otros que la Igualdad y la Justicia.

La desigualdad es también un tipo de violencia contra la mujer. Es una violación de los Derechos Humanos y es, al mismo tiempo, una forma de discriminación y un atentado manifiesto contra la Igualdad de Género. A esta definición no le puede surgir ningún tipo de duda. Puesto que así lo establecen el uso de la razón y los Convenios Internacionales en los que el Estado es uno de los firmantes. Teniendo, como garante democrático y social, el deber de ser el responsable de responder, con las herramientas necesarias, de manera adecuada y proporcional, a este tipo de violencia. Y, por ende, la ciudadanía debe aceptar el reto de adaptarnos a unas exigencias que, día a día, se hacen cada vez más imperiosas y necesarias de materializar.

Las exigencias y retos de las sociedades actuales nos convidan a que participen los organismos públicos, los servicios regionales y locales, así como todas las Instituciones y ONG´s, con vocación de servicio público, para afrontar y defender de forma coordinada la igualdad de género y estar en contra de la violencia contra la mujer. Es fundamental compartir y aunar esfuerzos. Disponer de los recursos y herramientas públicas necesarias, para emplearlas de forma efectiva, para establecer protocolos de cooperación y actuación conjunta. La sinergia debe ser el leitmotiv colectivo, integrador e inclusivo, cuyo fin último debe establecer una igualdad y una libertad real en la que toda la ciudadanía en su conjunto, sin hacer excepciones ni discriminaciones, pueda disfrutar de ella. Debemos trabajar cohesionados y unidos en pro de los Derechos Humanos. Un futuro mejor es posible. Tenemos la oportunidad de conformarlo y este es el momento preciso.