Decía Irene Vallejo que los fantasmas, “como todo el mundo sabe, son criaturas asustadizas que prefieren los lugares solitarios porque temen a las hordas terroríficas de los vivos.” También, coloquialmente, a veces usamos el término fantasma para referirnos a aquellas personas fanfarronas y vanidosas, pero hoy queremos ocuparnos de un tercer significado de la palabra.

A finales de enero nos sorprendía la noticia de que en la Biblioteca de la Universidad de La Laguna había aparecido un fantasma entre los documentos del valioso archivo del polifacético escritor portuense Agustín Álvarez Rixo (1796-1883), y aclaraban que “en el mundo de los documentos llaman fantasma a la publicación que alguien dice que existió o pudo existir, sobre la que se puede encontrar algún dato aislado, pero que nadie ha visto en realidad ni localizado en ningún catálogo”.

En este caso se trataba de un curioso fantasma, el que fuera probablemente el único número de El Censor (Puerto de la Cruz, 1914), “un periódico de cuya existencia dudaban los investigadores, ya que solo se conocía el expediente sobre su fundación, registrado en el Archivo Municipal de Puerto de la Cruz”.

También recordaban en la misma noticia que en 2017 se pudo celebrar la aparición de otro fantasma formado por cinco ejemplares de la revista Brújula, publicada por alumnos y profesores de la Universidad y Centros de enseñanza media de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife entre el 19 de marzo y el 7 de junio de 1932, una revista citada por diversos estudiosos de la prensa canaria del período republicano, pero conocida solo por fuentes indirectas. Los originales localizados se encuentran en el Archivo-Biblioteca de María Rosa Alonso y se pueden consultar en Internet en la base de datos Prensa Canaria Digitalizada de la Biblioteca Universitaria de La Laguna.

Hoy quiero llamar la atención sobre otro fantasma que me ronda desde hace unos años y del que aún no he podido constatar la persistencia de algún ejemplar. Se trata de un pasquín del PSOE canario en la clandestinidad, multicopiado, que llevaba por nombre Avante, título nada original, pues en 1920 los socialistas de Guadalajara habían decidido nombrar así su propio órgano oficial. Además, en Tolosa (en 1912) y en Toledo (en 1915) hubo periódicos socialistas con el mismo nombre, sin olvidar el legendario Avanti! de los socialistas italianos.

Avante se puso en marcha como aparato de propaganda del PSOE en la clandestinidad, saliendo mensualmente con una tirada de mil ejemplares que se repartían por ambas provincias canarias, como recordaba una publicación de Alfonso García-Ramos en la colección La voz de los partidos canarios, editada por Interinsular Canaria en 1977.

También Jerónimo Saavedra daba cuenta de esta publicación fantasma -a la que se refiere como Avance- en una entrevista citada por Federico Utrera en su trabajo titulado Canarias, secreto de Estado: episodios inéditos de la Transición política y militar en las Islas. Recordaba Saavedra que Avance también se llamaba la revista de los socialistas canarios en la II República. Y precisaba que Avante la componía el hijo de Felo Monzón mientras que los artículos los redactaba Alfonso García-Ramos.

Lo cierto es que la publicación fue interceptada por la temida y secreta brigada político-social franquista en 1973, la cual, mediante una inspección en Correos, localizó un envío de ejemplares a Las Palmas, deteniendo a su destinatario, el antiguo y perseguido militante Felo Monzón, pintor de fama dentro y fuera de las Islas, que pasó tres meses en prisión a resultas del proceso incoado. En Tenerife la multicopista fue confiscada en una casa próxima al monte de Las Mercedes y en todos los medios informativos de la región se publicó la noticia de la desarticulación del PSOE en el Archipiélago, aunque un mes después celebró una Asamblea provincial con asistencia de un centenar de militantes.

Y hasta la fecha, a pesar de contar con estas referencias tan detalladas, no se ha encontrado ningún ejemplar de este Avante canario, y sigo a la espera de que, cualquier día, en cualquier momento, en algún archivo o biblioteca por descubrir, haga su aparición este fantasma…

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