Me quito el sombrero ante la capacidad de ahorro de los Reyes de España, que de su propia hucha personal van a sacar los 76.500 euros que costará que su hija mayor Leonor curse el Bachillerato en el exclusivo UWC Atlantic College de Gales. Como sigan dando ejemplo de gestión económica les van a reducir el sueldo como a tantos de nosotros. Lo del recorte es una broma republicana, sabemos que han de ir preparando otro montante idéntico para la segunda, Sofía, porque si bien es verdad que “todos los padres quieren lo mejor para sus hijos”, tampoco resulta menos cierto que “los padres quieren a todos sus hijos por igual”, y no sería de recibo que la número tres en la línea de sucesión al trono se educara en un vulgar internado privado de Madrid o de Suiza. Dicen los peor intencionados que la Corona ha soltado la bomba de la elitista formación de la Princesa de Asturias en medio de la bancarrota generalizada con el propósito de que las elecciones de Cataluña borren la polvareda. Sin embargo, cómo pasar por alto una noticia que ilustra como ninguna la abismal distancia entre sus vidas y las nuestras. Ni están ni se les espera en la crisis sanitaria, económica, social y también moral que nos atenaza. Felipe VI y Letizia se hallan tan lejos de nuestros corazones y de nuestros problemas como Juan Carlos I, el monarca obligado a desmentir su propio óbito día sí, día también, con fotos vestido de safari rodeado de señores con chilaba.

La educación en España no está a la altura, de la educación pública ni hablamos. A la educación pública se acercan los Reyes cuando tienen que hacerse un reportaje fotográfico que vender a las revistas del corazón estilo “La Reina recicló una chaqueta de tweed en su visita a la escuela...”. En la última apertura del curso de Formación Profesional en un instituto gallego, al ver pasar la comitiva encabezada por Letizia una alumna comentó jocosa que si llega a saber que acudiría el paje real, refiriéndose al funcionario que porta el bolso, el móvil y el abrigo de la jefa, hubiera llevado su carta a los Reyes. No querremos semejante desparpajo para la futura Jefa del Estado, ni tampoco unos estudios tendentes a trabajar con las manos, ni unas instalaciones en forma de barracón y con el laboratorio convertido en aula. En el imponente castillo galés donde la formarán, Leonor no tendrá exámenes y aprenderá con ese tipo de conceptos esnob tan de moda, que se venden mientras suena al fondo una caja registradora: “movimiento educativo global”, “curso interdisciplinario sobre teoría del conocimiento”, “programa especial de creatividad”, “asignaturas de servicio a la comunidad”. De un planteamiento tan radicalmente molón y progre, y rodeada de hijos de multimillonarios y aristócratas (amén de alumnos excepcionales becados por filántropos mundiales) solo puede salir una Greta Thumberg de la Corona española, capaz de reciclar la vetusta institución y convertirla en algo no contaminante o como mínimo, híbrido. Si sus discursos de Navidad resultan tan aburridos como los de su padre no tendrá justificación. Si entre sus aficiones se encuentra el cobro de comisiones y frecuentar paraísos fiscales no será por falta de conocimiento. A mí me daría mucha pena mandar a mi niña de quince años tanto tiempo lejos de casa. Aunque peor va a ser tenerla en casa y sin trabajo a los treinta.

En medio de un descalabro de las economías familiares de proporciones catastróficas nos informan de que la heredera del trono estudiará en un colegio de millonarios lo más lejos posible de la marca España.

@piligarces