Pablo Casado abandona la casa del Padre (y del Abuelo) y se pone a buscar piso. Hace muchos años, cuando Casado fue nombrado vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, yo le pregunté al respecto a un exdirigente de los conservadores de Canarias.

-¿Casado? Casado es un chico sin mayor idea de nada. Un tipo que tenía Aznar en FAES haciendo fotocopias y organizando reuniones de gente y esas cosas…

-Tendrá alguna virtud…

-Huum. No sé. No ha matado a nadie. Pero tiene justo, justitas las luces para llegar al fin del día.

Casado afirma que la dirección del PP –y su aparato administrativo, supongo– no puede seguir en Génova 13 porque el edificio está siendo investigado por la justicia. El líder no ha precisado mucho más. Ni siquiera ha puntualizado por qué supuestos delitos está siendo investigado el edificio, cuando resulta una noticia excepcional. Un edificio que roba, un edificio que estafa a Hacienda, un edificio, vaya usted a saber, que quizás ha puesto zancadillas a los enanos, abusado de la farlopa –con esos ventanales– y escupido procacidades a las mujeres por el mero placer de fastidiar y humillar. Reconozcamos que algo raro ha tenido siempre. Esa fachada no es fiable, ese color delata por sí mismo un talante criminal. Si finalmente es juzgado y resulta condenado al edificio del PP le puede caer una pena de muchos años de prisión. Tantos años en la trena que sufrirá fatiga de metales, desgaste de las vigas principales y terminará cayendo al suelo.

Casado agregó a su declaración otra advertencia: que ni sus compañeros ni él responderían, a partir de hoy, a ninguna pregunta relacionada con lo que hayan podido hacer o no militantes del Partido Popular en el pasado. No aclaró, sin embargo, cuáles eran los límites temporales. ¿El pasado incluye lo ocurrido hace veinte minutos, media hora, tres días? Como él es –si no se demuestra lo contrario, ahora mismo nada parece descartable– militante del PP, ¿se le puede preguntar algo sobre la decisión de marcharse del criminal edificio de Génova 13 o eso ya forma parte de un pasado del que no se pronunciará nunca más una sílaba? Quizás los relojes estén también en el ajo, como el inmueble ahora súbita, indignadamente abandonado, los relojes que se empeñan en que aparezca Rodrigo Rato, declare Bárcenas, Zaplana agonice, los subcomisarios ladren, los columnistas afectos huyan del olor a cadaverina, los empresarios no quieran ponerse al teléfono o, incluso, empiecen a olvidar su nombre. Casado. Pero Casado. Si casi todo el mundo está casado, joven. ¿Cuál es su nombre de pila, llama de Génova 13? Ah, que tampoco está en Génova. Disculpe, pero tengo prisa. Buenas tardes, Pablo.

Hay que recordar que los gerifaltes del PP desoyeron a la militancia y lo elevaron a la presidencia. También es cierto que la alternativa era Soraya Sáenz de Santamaría, el más inteligente gnomo del jardín bunkerizado de Mariano Rajoy, que como todos sus pares cobraba del partido un dineral todos los años, pese a su sueldo como presidente del grupo parlamentario antes de llegar a La Moncloa. El PP no tiene estrategia, no tiene programa, no tiene líder y esperemos que el edificio no cuente nada ante el juez de lo que pasaba en los baños y en las macetas. Qué sinvergüenza.