“Yo soy del Puerto de la Cruz de toda la vida y me fastidia que en mi casa no me conozcan”. Así de contundente se mostró Tomás de Iriarte en declaraciones a Radio Ilustrada tras la encuesta publicada por El Correo de Tenerife en relación al alarmante grado de desconocimiento del pueblo llano sobres las obras más significativas del insigne fabulista portuense. Iriarte expresó su descontento ante las preguntas del monje Agustín de Castro, que versó su cuestionario en la desgana de una parte del populacho por la cultura de la razón frente a los dogmas heredados de otros tiempos. “Hombre, yo me tuve que ir con 14 años a casa de mi tío Juan en Madrid porque la cosa aquí no estaba muy allá. Echaba de menos el ambiente pintoresco del muelle, pero con tanto tenderete uno no se concentraba. En la capital empecé a ubicarme y aprendí latín, griego y las lenguas típicas de la época. Con el tiempo cultivé la esgrima, el baile, los flirteos galantes y los toros , tal y como lo manifesté en la Epístola III. Me salió un curro guapo de traductor en la Secretaría de Estado y luego de archivero del Consejo Supremo de Guerra”. Hubo tiempo para hablar de política y de la llegada de nuevas corrientes francesas enfundadas en la enciclopedia. “Lo tengo clarísimo, el mejor rey que ha tenido este país se llama Carlos III. Nunca olvidaba que era un hombre como los demás y así lo demostró́ a lo largo de los 29 años que fue rey de España. Pocos monarcas mostraron en su vida diaria tan escaso gusto por el boato, las ceremonias y las diversiones de corte como Carlos III”. Iriarte tuvo palabras más que contundentes para la juventud y la urticaria que le produce a la chavalería el contacto con las letras: “Hoy en día, entre las consolas, el WhatsApp y el Badoo, la juventud no tiene tiempo para leer. Yo recuerdo cuando comencé a disfrutar de Heródoto y Homero, eso sí que era entretenido”, expuso con nostalgia. Iriarte no quiso eludir su agria polémica con Samaniego, que otrora había sido su gran amigo: “Vamos a ver, Félix es un trabado y jamás reconoció que yo era mejor fabulista que él. Quiso hacerme la jugada con la publicación de la Carta apologética al señor Masson, pero yo como soy más ilustrado que Voltaire, saqué La primera colección de fábulas enteramente originales. De todas formas, muchos hablan de que le tenía envidia y esas cosas, pero, insisto, soy mejor fabulista, querido Agustín”. Durante esta sugestiva entrevista en Radio Ilustrada, el prolífico dramaturgo argumentó con desdén la mayor parte de las preguntas, sin embargo, su voz cambió a clave de añoranza al recordar nuevamente a su Puerto de toda la vida: “Pasé el otro día por la que fue mi casa, donde estaba el cole de curas. Sentí pesadumbre al ver carteles de marcas comerciales, como las de la casa de al lado, la del siglo XVIII con un rótulo de Pepsi en su fachada; sé que en mi pueblo me cuidan, pero me gustaría que me quisieran mejor. Mis fábulas están escritas en verso y hablan mejor que yo, pero en ocasiones es adecuado que mis personajes cuenten mis pensamientos; solo pido que me lean, que me lean más y mejor y valoren la importancia de conservar nuestro legado más rico: la cultura”, apostilló Iriarte. “Aquí concluye este tiempo de entrevista, esperando que a Dios y a ustedes les haya sido de su agrado. Nos vamos, y no olviden sintonizar nuestro canal. Les dejamos con la programación habitual de La Inquisición mola mogollón.

@luisfeblesc