Más ruido inútil a cuenta de las vacunas administradas en cada región: un informe del Ministerio de Sanidad aseguraba ayer por error que Canarias encabeza la campaña de vacunación contra el coronavirus, al haber utilizado ya más de la mitad de las más de 20.000 dosis de vacuna entregadas por el Gobierno, un total de casi 11.000 hasta este domingo. Hasta el propio presidente Torres se creyó los datos, y eso que el premio para Canarias sorprendía lo suyo: no coincidía ni por asomo con las cifras facilitadas por el propio Gobierno regional, cuya consejería de Sanidad presumía el domingo por haber administrado algo menos de 4.600 dosis. Los datos reales ofrecidos por Canarias y el resto de las regiones fueron publicados ayer día 5 en los medios nacionales –con mayores titulares en los de Asturias–, felicitándose de que el Principado hubiera gastado en los primeros días de vacunación y hasta el lunes más del ochenta por ciento de las vacunas recibidas, que ayer llegaron al cien por cien. En esa lista, elaborada con los datos de todas las regiones, Canarias aparece en sexta posición, con un 35,6 de los viales recibidos ya administrados.

En realidad, todo esto de las cifras de vacunación es otro camelo más, una nueva guerra de números cuya comparación resulta inútil estadísticamente porque la toma de datos –lo reconoce hasta el propio informe del Ministerio– varía en el periodo analizado según la autonomía. Aquí se está montando otro espectáculo con números, parecido al que se montó de manera desvergonzada con los pobres muertos de la nación. Ahora presentamos la campaña como una carrera de galgos por cuyo premio se pelean las autonomías. Y mientras, los medios se recrean en publicar listas de cifras que no aportan ni explican nada: quién lidera la campaña de vacunaciones en función de la población total, quién lo hace en función de objetivos a vacunar en la fase 1, quién ha consumido más porcentaje de vacunas de las recibidas, quién ha pinchado porcentualmente a más gente en situación de riesgo (signifique eso lo que signifique), o quién lo ha hecho en números absolutos. Las estadísticas ofrecidas son tan inútiles como los titulares que las acompañan. Y lo que nadie dice –menos que nadie el Ministerio– es que al ritmo de pinchazos que reconoce el Gobierno de Canarias, se tardarían ¡¡¡trece años!!! en vacunar al 70% de los canarios. Y con los datos erróneos del ministerio, si Canarias fuera la región que más ha vacunado (lo de vacunado es otro eufemismo, aquí no se ha vacunado a nadie, ni nadie estará inmunizado hasta que se le aplique la segunda dosis), con esos datos tardaríamos entre cinco y seis años en inmunizar al 70% de la población de las islas. Es obvio que no tenemos ese tiempo, primero porque no sabemos aún cuánto durarán los efectos inmunizadores de la vacuna. Previsiblemente –como mucho– más de un año, con lo que habrá que volver a vacunar a decenas de millones de españoles todos los años, hasta que el virus remita.

Por eso, lo que deberíamos hacer es centrarnos en la capacidad de producción, compra y distribución de vacunas, y prever ya la intervención de todas las instancias sanitarias: la pública, la militar y la privada, cuando resulte útil tirar de ella.

Vivimos en una situación de emergencia absoluta, con centenares de muertos diarios. Es terrible, pero seguimos barajando cifras idiotas, mientras las cifras irremediables y pavorosas de las personas que mueren por Covid continúan creciendo. Y van a seguir haciéndolo aún más los próximos meses.