Si a Carolina Darias la hubiera mirado un tuerto, el tuerto habría recuperado la vista. No recuerdo a nadie que en política haya tenido jamás tanta suerte como ella. Su carrera es una sucesión de destinos cada vez más importantes, partiendo de una militancia orgánica discreta y a la sombra siempre de sus jefes y mentores: Jerónimo Saavedra, primero; José Miguel Pérez, después; Ángel Víctor Torres, más tarde, y, ahora, Pedro Sánchez... Darias es la mujer canaria que más cargos diferentes ha ocupado en la historia del PSOE regional. En los últimos 20 años ha pasado por todas las administraciones de las Islas y parece que ahora repite su tendencia a ejercer de comodín en el Gobierno español.

Fue elegida concejal en Las Palmas en 1999 y en mayo de 2004, sólo un mes después de la victoria de Zapatero en las elecciones, nombrada subdelegada del Gobierno. En junio de 2007 consiguió un acta de diputada regional por Gran Canaria. El PSOE ganó las elecciones, pero Juan Fernando López Aguilar no consiguió hacerse con el Gobierno. Un acuerdo de Coalición Canaria y el PP dio a Paulino Rivero la Presidencia y convirtió a José Manuel Soria en vicepresidente y consejero de Hacienda. Darias aguantó en el Parlamento solo unos meses: en enero de 2008 fue nombrada alto cargo en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y, solo unos meses después, delegada del Gobierno de España en las Islas. Cesó tres años más tarde para encabezar la candidatura socialista a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria en 2011, pero no la consiguió. Justo cuatro años después, en 2015, se presentó de nuevo al Parlamento y resultó elegida presidenta de la Cámara, tras el acuerdo entre Coalición y el PSOE, roto año y medio más tarde, aunque eso no afectó a su cargo. En 2019 no logró repetir en las listas al Parlamento, pero Ángel Victor Torres la rescató como consejera de Economía en el Gobierno del pacto de las flores, donde tampoco aguantó más de seis meses. En enero de este año que hoy acaba, Sánchez la eligió cómo ministra de Política Territorial.

A pesar de su meteórica carrera, Carolina Darias ha huido siempre de la polémica. De hecho, se la conoce más por sus discretos silencios que por sus opiniones. Ahora salta al Ministerio de Sanidad por carambola: hace menos de quince días, desde ERC se acusó a Darias en el Congreso de desconocer la realidad catalana y se presionó al Gobierno para que la cambiaran por alguien “más capaz” de entender la nueva realidad abierta por el procés. Con el indulto en marcha y las elecciones catalanas a la vista, 2021 va a ser un año complicado en las relaciones de Sánchez con los indepes que sostienen su Gobierno. Por eso, Moncloa decidió cambiar a Darias por Miquel Iceta, secretario general del PSC, quemado para volver a ser candidato a la Generalidad por sus sucesivos fracasos electorales, pero un político con demostrada capacidad de entendimiento con los socios independentistas. Sánchez quiere a sus ministros en las autonomías y presionó a Illa para sustituir a Iceta en la pelea electoral. Y, claro, Illa ha aceptado y se va a hacer las Américas en Cataluña, dejando libre Sanidad. Sánchez cierra el círculo recolocando a Darias en el puesto vacante. Darias no es una experta en asuntos sanitarios, aunque hace años fue portavoz de Sanidad en el Parlamento canario y estos meses ha estado muy próxima a Illa. Lo que es, sin duda, Doña Carolina es una política con baraka. Ojalá la tenga también en su gestión de la pandemia.