Me pregunto cómo estarás viviendo esta Navidad. Parece que estás y no estás, una Navidad llena de dudas y de deseos de protección: viajo o no viajo, ceno con ellos o no, quiero que regrese mi hijo y a la vez la eterna preocupación de la vuelta, del viaje, del avión, del acercamiento a los abuelos.

Algunos intentamos vivir esta Navidad como una más, otros huyen de ella, otros exageran su vitalidad, y otras personas desean que pase lo más rápidamente posible; ¡ojalá podamos sentirla con esperanza, deseos e ilusiones nuevas! No dejes que nadie te la robe y constrúyela a tu manera, todas son válidas.

Los buenos psicólogos siempre nos hablan de toma de conciencia y aceptación, de la huida poco nos cuentan, “porque si huyes suelen pillarte”, las emociones y esos pensamientos incontrolados siempre se van a colocar delante de tus acciones. Enfrentarse a ellos es la clave, o como me gusta contar: renegociemos con ellos…

Desde mi punto de vista, eso de “Nueva Normalidad” o “Nueva Navidad” no me apasiona; parece que tenemos la obligación de aceptar algo instrumentalizado, es más cercano hablar de cambio y adaptabilidad, de manejar certezas e incertidumbres, equilibrarlas con una buena dosis de “aquí y ahora”. Llevar la técnica y la practicidad a nuestra vida, hacer de nuestra agenda una buena práctica: cómoda y segura. Quizás, mejor hablemos de Nuestra Navidad, sin más, y no la categoricemos en nuevas o antiguas. ¡Nos fortalecerá!

Política que conecta

Hay un aspecto que colma las Marcas Personales: el aporte de seguridad y serenidad que transmites a las personas, a la ciudadanía, es el ABC del liderazgo político, sentirse protegido por quien gobierna es una reelección próxima. El concepto de seguridad es tan amplio, que nos da para definir valores que serían capaces de crear el Manual de Marca de cualquier gobernante, cargo público o candidato.

La seguridad pasa por una estrategia definida, coherente que aporte certezas, análisis y decisión. Justificar muy bien las improvisaciones y no sobrevolar las emociones de la ciudadanía. Al final, no aportamos confiabilidad y desarrollamos percepciones vacías que hacen que colguemos las ilusiones y deseos de las personas en árboles de papel.

La coherencia o incoherencia se transmite hasta con el mensaje que elegimos para felicitar; todo comunica.

Nuestro objetivo no es inventar una Nueva Navidad, sino conectar con la que existe. El objetivo como gobernantes es lograr ese equilibrio entre la vitalidad, energía positiva, la tristeza de algunas familias y el símbolo de la esperanza. Marquemos el camino a la ciudadanía: función clave de gobierno y directiva. Generar certezas una y otra vez mata el miedo y la desconfianza, provocándonos ganas de superación, resiliencia y sentimientos de pertenencia.

Durante esta pandemia nos hemos acostumbrado a juzgar al otro, nos hemos atrevido hasta a valorar sus miedos, como si de especialistas nos tratásemos. Parece que no tener miedo es de seres superiores, cuando en todo comité científico, asesores de gobierno, partidos políticos y dirigentes debería de estar presente esta emoción, ser precavidos en los análisis nos ofrece perspectiva, anticipación, incluso el miedo a perder o a no ser reelegido es necesario.

Ilusiones que nos rescatan

Dicen que la vida es eso que nos pasa mientras esperamos algo mejor. Vivamos esta Navidad como nos ilusione hacerlo, hablando o recogiéndonos, o por momentos, quizás la nochebuena, con unos sentimientos, y la despedida del año y el Día de Reyes con nuevas emociones. Nada es permanente, las emociones que no nos ayudan deberíamos de dejarlas permear poco tiempo, para que no se nos hagan compañeras de viaje; deberían de ser para nosotros, exclusivamente, una aventura de vida. Tomar conciencia de ellas es el primer paso para gestionarlas a nuestro favor; dejarlas solo en el vestíbulo de nuestra vida, pero no pasarlas a nuestra sala de estar o aquellas estancias donde nos apasiona disfrutar, donde verdaderamente vivimos y sentimos.

La ilusión es un motor, un antídoto para la nostalgia, un despertar, es quien nos mueve de donde estamos. Aunque no nos lleve al lugar definitivo, si nos ayuda a iniciar esa ruta de cambio.

Te dejo deseándote mis mejores deseos con un canto a la ilusión.

Cepeda en Esta vez.

Dicen que no, que no estás

Y si pudiera gritarles que mienten

Que lo llevamos escrito en la frente

Que todo es distinto

Y te esperaré, tu no te alejes

La razón que hay en mis ganas

Puedo echarme atrás, caer

Puedo pero saltaré

Que no hay viento que se lleve

Que no hay nadie que lo niegue

Que yo soy de ti

Que no duele la caída

Que se cierran las heridas

Aún nos queda ese plan imperfecto

Esas ganas de vernos a besos

Ese plan imperfecto…

Felices fiestas.