La persona debe estar siempre en el horizonte de la vida social. Cuanto se haga en favor de los demás debe hacerse teniendo siempre en el centro a "la persona". Cualquier otro motivo que no sea el bien de la persona, suele convertir en utilitarista o comercial la acción social. Y en estos mares soli-darios hemos de usar la gramática de la gratuidad y la experiencia del don.

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