Las reglas que está publicando la Comisión Europea para orientar la utilización de los fondos del Programa de Recuperación y Resiliencia son tremendamente minuciosas. Me temo que el miedo a que los gobiernos los utilicen mal va a tener como contrapartida una burocracia comunitaria rígida a la hora de evaluar los proyectos nacionales. Dentro de esa minuciosidad hay un aspecto que me ha llamado la atención. Es la definición que hace la Comisión de los tipos de inversión a la que han de orientar los fondos los gobiernos. Habla de tres tipos. Las dos primeras son más o menos convencionales, la tercera es novedosa.

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