Abandonar el noísmo, es decir, negar la ejecución de obras imprescindibles en Tenerife, con el fin de impulsar las infraestructuras, no solo es prioritario, sino que es necesario, para levantar la isla del ocaso en que se encuentra. Hay que implantar el modo Isla, contra los protagonismos personales, localismos insolidarios o estrategias partidistas que lastran el progreso, porque las infraestructuras tienen que salir del debate político, para centrarse en su oportunidad, desde el punto de vista técnico o profesional, con el fin de dar respuesta a la demanda ciudadana y a los requerimientos del sistema productivo.

Suscríbase a El Día para tener acceso completo a todas nuestras noticias y siga leyendo esta información en nuestro Kiosco Digital.