Curiosa sociedad esta en la que nos plegamos a la tiranía de una actualidad volátil que devora tendencias en horas. El adoctrinamiento de un mesiánico influencer de penosa gramática se convierte en ley, y se venera a ciertos libros escritos en unas semanas que se venden a espuertas, en los que ya es irrelevante si hay detrás, con perdón, un negro o un chino.

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